jueves, septiembre 23, 2010

Extra!!! Extra!!!

Vuelvo a mi blog.

jueves, agosto 13, 2009

Crónicas XXI...

Antes de dormir.

Te lo cuento de nuevo? Ya eres mía. Mi familia. Mi mujer. Mi compañera. Mi sensei. Mi gurú. Mi guía. Mía, y de nadie más. Deja que el mundo afuera se caiga de nuevo. Tus problemas, son míos también. Tus alegrías. Tus enojos. Tus preocupaciones. Tus dolores de cabeza. Tu mal humor y tus sueños a la hora de dormir.

Te lo digo otra vez? No existe mejor fin de semana que tirados viendo películas. Con un gran tazón de palomitas. Con cerveza y jugo de arándano. Con películas francesas malísimas. Con pizza al alcance del teléfono. En sandalias. En short. Con playeras moradas idénticas.

Te lo dije antes? Lo mejor del día es a la hora de dormir. Después de bañarnos. Fresquecitos y oliendo a bonito. Después, abrazarnos debajo de las sabanas buscando el calor de los dos. Sentir tu nariz fría cuando busca mi loción en el pecho. Escuchar esos sonidos graciosos cuando buscas la mejor posición para dormir.

Ya no me escuchas? Bueno, no importa si no me escuchaste. Mañana te lo vuelvo a repetir. O pasado mañana. O el siguiente mes. Solo quiero decir que te amo. Duerme tranquila. Hasta mañana.


Johnny.
Julio 22, 2009.

Crónicas XX...

Cama para dos.

Tengo una mujer en mi cama, y no importa si ronca o si babea la almohada. En ocasiones me regaña pues no tengo ganas de dormir o simplemente porque me muevo mucho al acostarme. Me gusta molestarla cuando no tengo sueño, le cuento chistes, una historia de terror, le recuerdo si la alarma esta lista para el siguiente día, repasamos la lista del súper, o los pendientes de la semana mientras me abraza como si fuera su almohada.

Esto dura hasta que uno de los dos tiene calor y se mueve para que una pequeña brisa refresque el ambiente. Ocurre varias veces que un pequeño vampiro se cuela entre el sueños de los dos. De madrugada. Cuando el calor de su cuerpo esta riquísimo y cuesta mucho levantar los parpados. Como no tenemos lámparas con focos tenues, debo prender la luz de la habitación, es ahí cuando sin querer, hago que se despierte, y con un leve gruñido hace manifiesto su descontento, pues interrumpí su sueño. Y esto es inconsciente pues hago el menor ruido posible y trato que no sienta que acabo de levantarme de la cama. Después de darle un puntapié en el trasero al mosquito, vuelvo al lado que me corresponde de la cama.

Hoy, a 7 meses de decidir que queríamos compartir el resto de nuestras vidas, no encuentro mejor manera de iniciar el día. En la cama de los dos, una sonrisa, y un “buenos días” al amanecer.

Johnny.
Junio 26, 2009.

viernes, septiembre 07, 2007

Crónicas XIX...

De mi abuela.

Como conté anteriormente, a ella le gustaba mucho platicar después de comer, bueno en realidad no, se apersonaba exactamente a un metro de distancia de su aparato receptor, su TV para que me entiendan, lo hacia acompañada de un vaso de clamato, con cerveza cuando aun no estaba tan enferma, bueno, en realidad no era clamato, pero se lo invitaba cuando podía. Era tierna al hablar con sus plantas cuando les daba una buena mojada con la manguera en su mano. Eso si era cierto. Las chuleaba y las acariciaba, les quitaba las matas que les salían en sus macetas, se enojaba cuando sus nietos las rompían, era bastante divertida.

Como lo dije anteriormente en “Mi chompi”, viví un tiempo en su casa, conté las varias ocasiones en las que nos sentábamos en el patio, ella con su clamato con sal y limón, yo con mi cerveza tamaño familiar buscando quitarme el malestar post-peda de la noche anterior. Platicábamos de muchas cosas, de los problemas que todos mis tíos y tías iban a desahogar con ella, cosa que siempre repercutía en su apenas masomenos buena salud. Creo que siempre trate de que se sintiera relajada y de buen humor cuando estaba con ella, hablo por mí, quiero creer que mis primas hacían lo mismo, puedo decir que sufría de ataques de carcajadas cuando recordábamos algún pasaje chusco de ella. Y debo decir que tenía bastantes momentos de esos. Me contaba los chismes más frescos de la familia. Fue ella quien me dijo como preparar la salsa para hacerme unas enchiladas y como hacer las orejas (setas). Si ya lo se, no tiene nada de ciencia, ósea, yo no sabia y ya. Tengo muchos recuerdos tuyos bastante frescos.

Pudo haber estado más tiempo con nosotros. Al llegar a casa de mi mama, su salud ya no era muy buena que digamos, delicada pues. Había que ponerle constantemente oxigeno, inyectarle insulina, bajarle la presión, calmarla, pues se ponía muy nerviosa, cuidarla en las noches, estar al tanto de su medicamento. Esa temporada que estuvo en casa de mi mama, me permitió ver el lado humano y sensible de mis tíos, tías, primos y familiares.

No me gustaba verte en cama. Me sentía muy nervioso cuando te decía que descansaras, que mañana nos veíamos, antes de cerrar mi puerta. Recuerdas que te cante como Pedro Infante cuando fue tu cumpleaños?. Si, lo se, nada mas te cante a ti. Hasta sentí que la banda de viento estaba detrás de mi cuando empecé a cantar: “…dicen que soy mujeriego, no lo puedo remediar…” imaginándome cómo le cantaba Pedro Infante a Sara García en la película Los Tres García. Tú te limitaste a reír. No sabes como quería cambiar ese momento cuando te vi, con todos esos cables en el hospital. Me quede frió. No pude más y me rompí. Creo a todos nos rompimos esa noche.

Actualmente tengo una planta llamada comúnmente pata de elefante, que en realidad no es mía, sino de mi hermano, a la que no hace mucho la cambie a una maceta mas grande para que creciera más y estuviera cómoda, al hacerlo me vino el recuerdo cuando veía la silueta apenas regordeta de mi abuela con manguera en mano hablando cariñosamente con sus plantas. Me siento raro haciendo lo mismo, al menos con esta pata de elefante.

Echo mucho de menos despertar y verte todavía dormida con la puerta abierta en el cuarto de mi hermano. Te extraño cuando regreso de trabajar y no veo tu puerta abierta, y tu tapada de pies a cabeza, aunque afuera no estuviera haciendo tanto frió. Extraño verte a un metro de distancia del televisor sentada en tu mecedora, viendo algunas películas de Pedro Infante, las mismas que veías una y otra y otra y mil veces. No sabes como extraño visitarte a plena hora de tu novela, que aunque ya la habías visto te la chutabas de todas maneras. No tienes idea de cuantas ganas tengo de volver a verte regar tus plantas y volver a sentarme contigo a platicar de todo y de nada y volver a carcajearme contigo con alguna puntada. Pero tu corazón se canso, que hasta reír te causaba esfuerzo. Prometiste que te pondrías bien y que le echarías ganas. Prometiste cuidar a mi hija. Prometiste que nos iríamos a pasear al parque. Prometiste que nos tomaríamos otro clamato con limón y sal como a ti te gustaban.

Te extraño, como no tienes idea.



Johnny.
Septiembre 7, 2007.

jueves, septiembre 06, 2007

Cosas que he callado XVI...

De un concierto.

Abrázame, que esta noche no consigo,
Dejar de temblar de frió,
Que ya basta del castigo,
De estar sin tu corazón.
Balcazar.

Bastó una botella de vino tinto para empezar una noche mágica. El lugar a media luz. La compañía inmejorable. La música bastante buena. El cantante excelente. Desde hacia mas o menos tres meses que sabíamos que se presentaría Edgar Oceransky en Cuernavaca y que daría un concierto, justo el primer día del ultimo mes. El primer concierto de este trovo al que acudimos en Cuernavaca había sido en septiembre y no se presento solo, sino con un trovo sinaloense (me parece) y uno local, y con un chorero jarocho chingón. En cuanto supe que volvería a Cuernavaca, pensé, le di vuelta una y otra vez a mi plan de decirle (otra vez) que se quedara conmigo. Yo iría de saco y sin corbata, claro. Pantalón de mezclilla. Zapato sin calcetín. Casual.

No sabia si hincarme a mitad de la canción, pararme e interrumpir el concierto haciéndome notar, pedirle al trovo nuestra canción (creo que si es nuestra o no cielo??) con la que seguramente la mayoría diría un “aaahh” en tono de burla, posiblemente llevaría algún regalo, posiblemente esa misma noche no hubiera regresado a su casa, pues su hermana menor me había concedido su mano en nombre y representación de su madre, todo con la idea de quedarse con lo que seria su nueva habitación, mas grande, con mucho mas espacio para su ropa, y sin la necesidad de dormir en compañía de su otra hermana.

Llevó su disco para que lo firmara el trovo de puño y letra. En cada choro que servia de intermedio entre canción y canción, pensaba si aventarme al ruedo, interrumpir la presentación, tomar el micrófono, y pedirle ahí mismo, que fuera de nueva cuenta, el que pudiera tomar de la mano, quien pudiera tener entre mis brazos, el que probara de nuevo sus labios y robarles un poco de aliento, quedarme con su delicioso olor después de perderme en su cuello, caminar tomados de la mano, y porque no, robármela de una buena vez. Aunque no tuviera un caballo blanco para robármela. Aunque no le soy muy agradable que digamos a su padre. Aunque por mucho tiempo fui “el traidor” para su madre. No fue para nada sencillo el conseguir de nueva cuenta su venia para pretender a su hija.

Ahora, después de ese concierto, de mi cumpleaños, del suyo, de constantes peleas que terminan afortunadamente con besos y abrazos antes de irme, de idas a comer, al cine, a cenar, al cine otra vez, de conciertos, de bares, de sus amigas y mis amigos, de llamadas a la media noche solo para decirle que no la quiero, sino que la adoro, de sentarnos en la banqueta y mirar como llueve, de películas chipilonas tirados en mi barra, de comida china que debo ir por ella cuando tiene hambre, de tilza, de sus hermanas, de su madre que mas que novio de su hija me toma como técnico de sus computadoras, de sus enojos pues no llego a tiempo, de sus jalones de orejas, de sus zapatillas que compre y que aun debo, aun después de todo esto y muchas cosas mas que hemos pasado, sigo pensando, como hacerle para interrumpir el concierto al que pensamos asistir el próximo mes de noviembre, total. Donde firmo?


Johnny.
Septiembre 7. 2007.

martes, septiembre 04, 2007

Cosas que he callado XVII...

Viernes en la noche.

Todo ocurre justo después de empezar a llover. Le das una vuelta mas a tu bufanda café, o azul, o roja, tienes tantas, y son aun más que has olvidado terminar de tejer. Te acurrucas en mis brazos, y rozas tu nariz helada contra mi pecho hacia arriba y abajo buscando calor. Aunque hace frío, nos sentamos afuera, en la banqueta, buscando que las gotas no nos toquen, viendo a las personas evitar mojar sus impecables tenis blancos o esquivando las gotas para no pescar un resfriado, viéndolas correr de un lado a otro de la calle. Eso te causa gracia.

Y el agua no para. Y la gente sigue corriendo. Y seguimos sentados y abrazados. Y te digo por enésima vez lo mucho que te amo, que quiero que te quedes a dormir conmigo, que no te vayas. Y el viento sopla suave, y buscas más calor en mi pecho y mis brazos. Y me abrazas más fuerte. Y seguimos planeando donde ir el próximo fin de semana.

Siempre he pensado que Valle de Bravo es una buena opción para pasar un fin de semana, aunque para ti sea un autentico mareo viajar hasta allá, prometo llevar pastillas para hacer mas ligero el trayecto. Mejor aun, porque no a la playa? Al zoologico? Al cine? A la Cd de México a un concierto pagando así la promesa que te hice un día? A una exposición de manga? A mi partido de Fútbol? A ver un par de películas chipilonas tirados en la cama?, bueno, a donde quieras.

Tenemos suficiente tiempo para planear nuestro próximo fin de semana. Y tendremos mas cuando deje de llover, cuando se te quite el frío en la nariz, cuando termine de soplar la brisa fresca, cuando nos cansemos de ver gente correr tratando de ganarle a la lluvia, cuando se termine nuestro café, cuando tengamos suficiente sueño como para pensar donde iremos el próximo fin de semana.

John
Septiembre 3, 2007

viernes, agosto 17, 2007

Cosas que he callado XVI...

No pensé extrañarte.

No pensé extrañarte.
Recordar la tarde en que te fuiste
Recordar mis lágrimas
Tus besos
Tu adiós.

Todo fue un error
Te alejaron de mí, quizás para siempre.
Yo te amaba aun sabiendo
Que tu solo jugabas con mis sentimientos.

Te fuiste y dejaste un vacío en mí
Y fue cuando me di cuenta que te extrañaba
Nunca te tuve
Todo fue un juego para ti
Y para mí, tan solo un sueño.

Yo sabía que no me amabas
Ese fue el trato, ese fue el riesgo.
Y me perdí cuando te fuiste
Cuando no encontré ni tus pasos ni tu olor.

Y me enamore de ti
Sólo se que te fuiste
Sólo se que te alejaron
Sólo se que hoy te extraño
Aun sabiendo, que no pensé extrañarte.

Kike.

jueves, mayo 17, 2007

Crónicas XVIII...

Como no sentirte.

Contigo no se siente...
Contigo no se siente el tiempo
un mes...
un año..
Son pocos para estar a tu lado
Contigo no se sienten las penas
los problemas en la escuela...
las discusiones en casa
Contigo no se siente el clima...
Frio, calor, lluvia y sequía...
ya e pasado todos los cambios de clima
y vieras que no se sienten...
Contigo solo siento calor...
amor... pasión...
A tu lado no me falta nada pues lo tengo todo
Lo único que siento es la soledad en mi espalda
al darte un beso y decirte buenas noches, hasta mañana,
y tener que regresar solo sin tu mano entrelazada a la mía,
tan solo recordando momentos a tu lado...

Kike
El trovador de los ojos tristes.

lunes, marzo 12, 2007

Crónicas XVII...

Quien?

Quien me a robado el mes de abril
quien me a robado tu corazón,
hace tiempo termino la relación
pero no la historia.

Hoy me doy cuenta que me falta el mes de abril
que limpiaron mi bodega
que me dejaron sin nada
que me dejaron sin ti.

Quien me a robado el mes de abril
este adiós es definitivo,
a llegado el tiempo del fin
de nuestra historia.

Me duele saberlo
mas no puedo aceptarlo
cuando fue que te fuiste de mi lado
o será que tal ves nunca te tuve.

Solo un sueño es nuestro pasado
y hoy que me he despertado,
al dar la vuelta y buscarte entre mis sabanas
me doy cuenta ya que todo ha terminado.

Y ahora en el punto final,
ahogando mi voz entre mi almohada,
y sin puntos suspensivos me pregunto:
Porque te has llevado mi mes de Abril?.

Kike.
El trovador de la mirada triste.

Marzo 9, 2007.

viernes, enero 05, 2007

Úneme

Úneme
En tu vida un poco cada día,
enséñame, como demuestras el amor
Hilázame, hacer millones de poemas,
enrédate, en la noche conmigo hoy.
Aprenderé,
a ver de tu mentalidad y jugaré,
los juegos que ya juegas tu,
y volaré, como vuelan las gaviotas,
enrédate en la noche conmigo hoy.
Quiero ver,
lo que puede ser tu risa,
imáginar que matiza una corniza,
ver las doce caras que uno tiene al amar
siento amor profundo cuando rozas mi mirar.
Úneme,
en tu vida un poco cada día,
enséñame, como demuestras el amor
Hilázame, hacer millones de poemas,
enrédate, en la noche conmigo hoy.
05 Enero, 2007.

martes, octubre 31, 2006

Crónicas XV...

Clara.

Por si alguien no lo sabía, Clara silba mientras duerme. Yo tampoco sé quién es Clara, pero se lo he oído decir a una muchacha que hablaba con una amiga, hace apenas tres cuartos de hora. Sería bonito poder grabar los silbiditos durmientes de Clara, tan lánguidos, sibilinos y entrecortados. Los pies de la chica que contaba la historia e imitaba los suaves chiflidos sonámbulos también eran bonitos. Hermosos y pequeños, claritos como la luna, reposaban despiertos, frotándose entre sí, apoyados contra la barra de metal que sirve de agarradero en mitad del vagón. Nunca tuve a mi lado una muchacha que silbara mientras dormía: hablar, maldecir y hasta cantar sí, pero ¿silbar? Uhmmm... que alguien me la presente.

Octubre 22, 2005.
Johnny.

viernes, octubre 27, 2006

Crónicas XIV...

….Andaba de parranda.

Resulta ser que esa noche, después de tanto caminar, el grupo vio a lo lejos un pequeño pueblo. Se percataron que había música, juegos mecánicos, mucha gente e infinidad de olores y sabores en el aire. El poblado donde debía llegar la comitiva de feligreses estaba apenas a 30 minutos caminando, dos personas de ese grupo, decidió descansar un par de horas. Cruzaron la pequeña plaza de ese poblado, buscando un lugar donde refrescar la garganta y descansar sus polveados pies.

Buscaron la mejor mesa del lugar, la que daba exactamente al frente de la pequeña plaza, pidieron un par de cervezas a la bella muchacha que atendía el lugar, vieron como la gente paseaba feliz con su familia, disfrutaron de la música de ese pintoresco pueblo, pidieron un par de cervezas mas y vieron como poco a poco el grupo se alejaba. Uno de los dos, el hombre mas joven, se preocupo, dejando solo al hombre viejo, sin antes advertirle que los perderían sino se apuraban. El hombre viejo pidió un par de cervezas más, sin darle mayor importancia a lo expresado por el joven.

El joven alcanzo al grupo. Los demás preguntaron por el viejo, no sin antes recibir un regaño. El quería quedarse -le decía al grupo-, por mas que le advertí no quiso venir, estiro las piernas, se acomodo en la silla de metal y dio un largo trago a su botella.

El grupo de feligreses llego puntual a su destino. Oraron, festejaron al patrono de la entidad, comieron y bebieron, felices de haber regresado como cada año a dar gracias por los favores recibidos, por el temporal y lo bueno de las cosechas, por la salud de cada uno y la de sus familiares, por haberlos protegido bajo su sagrado manto.

Al regresar, el pueblo donde había música y algarabía la noche anterior, estaba llena de basura, con poca gente en la plaza, y con los juegos mecánicos sin funcionar. El hombre joven busco el lugar donde había dejado a su acompañante. Pregunto a la persona que estaba barriendo el establecimiento, y este le dijo que la última persona en abandonar el lugar era su abuelo, que estuvo bebiendo mezcal toda la noche y parte de la madrugada. Pensó que posiblemente se había ido siguiéndolos después de haberse arrepentido de haberse separado del grupo. Pero al regresar a su comunidad nadie mas supo de el.

Al pasar de los años, siete para ser exactos, el joven volvió al grupo de feligreses al santuario, que como cada año regresaban a dar gracias por las bendiciones y favores recibidos. El joven caminaba pensando que habría sido de su acompañante, el mismo que años antes se separo junto con el del grupo. Cabe decir que los familiares del viejo, invirtieron tiempo y esfuerzo preguntando y buscando hasta debajo de las piedras sin una respuesta favorable. La caravana de feligreses paso cerca de un poblado del cual se escuchaba música y fuegos artificiales. Cansado, y con la boca seca, el joven decidió en pasar al pueblo a refrescar su garganta y descansar un poco, pensando que en ese mismo poblado, hace siete años, se había perdido el viejo al que acompaño a descansar y beber un par de cervezas.

El pueblo, curiosamente se encontraba de fiesta, las calles estaban arregladas con papeles multicolores y serpentinas, muchos establecimientos vendiendo comida, aguas frutales, recuerdos hechos de papel mache, mezcal con gusano, globos, pan. Sobre el kiosco una banda de viento tocando canciones de la región, al fondo una improvisada cantina donde, se encontraba el viejo, el mismo que se separo del grupo y que hacia siete años no veía el joven. Sorprendido, el joven se acerco a el, preguntándole que había hecho todo ese tiempo que desapareció, le dijo que lo buscaron por mar y tierra, que sus hijos habían crecido, que su esposa le lloro muchas noches, que su compadre había muerto tres años antes, y muchas noticias ocurridas en el tiempo que se ausento.

El viejo con mirada perdida y con rictus de incredulidad ante las palabras del joven, dio un trago mas a su cerveza, lió un cigarrillo a mano, dio una palmada en el hombro del joven y dijo: no me he movido de aquí, estas cervezas son las mismas que me trajeron hace media hora que te fuiste. La banda no ha dejado de tocar y este es el mejor lugar para disfrutar de la música y de las bellas mujeres que pasan.

Johnny.
Octubre 27, 2006.

jueves, octubre 05, 2006

Crónicas XIII...

La Tempestad.

La tempestad,
busca mis labios,
quiere llegar, hasta el pasado,
abriendo la herida,que aun sangra mentiras, de ti y de mí.

La tempestad,
puso los ojos, en la inquietud,
de mis despojos,
subió la marea, con la luna llena,
y el duende, del odio, actuaba, por mí.

Y me trague tus besos,
veneno envuelto en flor,
y me busque en tus huesos,
hasta encontrarme en tu dolor,
hasta que con el alma hecha jirones,
vertí mi corazón,
para perderlo en tus pezones,
y me quede vació,
como la primera vez.

La tempestad,
viene a matarme, no entiendo porque,
aun quiere amarme,
y me odio más q nunca,
y te extraño como siempre,
y no entiendo,
como habiendo tantas otras,
me volví a perder en ti.

Y me trague tus besos,
veneno envuelto en flor,
y me busque en tus huesos,
hasta encontrarme en tu dolor,
hasta que con el alma hecha jirones,
vertí mi corazón,
para perderlo en tus pezones,
y me quede vació,
como la primera vez, que te lo di,
te lo di.

Y me odio más q nunca,
y la extraño como siempre,
y no entiendo,
como habiendo tantas otras,
me volví a perder en ti,
la tempestad...

Abel Velasquez
Octubre 5, 2006.

lunes, agosto 21, 2006

Cosas que he callado XV...

De un pato y yo.

Un pato amarillo cantaba alegremente mientras caminaba conmigo tomado de la mano.

Prometí que no iba a perderte. Fallé de nuevo. Simplemente por nuestras discusiones y tu falta de tolerancia. Pero, ¿Qué no el amor es para pelear por el, a brazo partido, por tu pareja y por ti, que si algo falla surge la plena confianza que se tiene el uno con el otro, buscar una solución a eso que les aqueja? Quizás la falta de tiempo de los dos poco a poco fue mermando la relación que íbamos forjando, si, con peleas, con desacuerdos, así es como se fortalece una relación, buscando soluciones a los diferentes puntos de vista. ¿O no? No existe cansancio en una relación que poco a poco se va formando.

Un pato amarillo cantaba alegremente tomado de mi mano y sufría de constantes desvelos conmigo.

Jamás tuve tantas ganas de salir corriendo o de tirarme desde la azotea. Es una buena temporada para salir de vacaciones y respirar nuevos aires. Olvidaba a que sabían mis lagrimas, dicen que llorando limpias el alma y fortaleces el espíritu. Es delicioso llorar por alguien a quien amas y de la cual estas totalmente enamorado. Te extrañe.

Un pato amarillo sentado en mi almohada tarareaba una canción extraña y tenia la mirada perdida, estaba ausente.

Hacia tiempo que no lloraba por una mujer, y es delicioso hacerlo por ti, porque me duele tanto tu perdida y porque no se que pase conmigo si tu no estas. Nunca le puse tanta atención a las canciones de Oceransky, parecía que todas se amoldaban perfectamente a mí. Terminaron rayados. No necesite del alcohol como suponías. Constantemente se ahogaba mi voz y las notas de mi guitarra se hacían cada vez más tristes. ¿Qué estarás haciendo tú?

Un pato amarillo llora amarga y tristemente a mi lado pidiéndome constantemente noticias de ti, y un trago de licor.

Si. Teníamos planes. Bastantes diría yo. Zoé por ejemplo. Extrañare tus muecas y tu lengua cuando cariñosamente te burlabas de mí. Tus manos y la perfecta armonía de nuestros cuerpos. Tu cuello y tu suave olor, tu pelo suelto y tus carcajadas. Me iluminabas el día. Echaré de menos tus constantes quejas sobre el dolor de tu estomago, de cabeza, del dedo meñique del pie izquierdo, extrañare tu hermosa presencia en diciembre en la Cd. de México, porque ese concierto era para los dos, era nuestro. Extrañare que me regañes por no haberte cantado la noche anterior, extrañare a rabiar tus besos y tu cuerpo desnudo a mi lado.

Un pato amarillo amanece con los ojos hinchados y rojos de tanto llanto, con el cenicero repleto de cigarrillos, con tres vasos medio vacíos de licor, creo que ya no cantaremos alegremente. Prometemos no olvidarte.

Johnny.
Domingo 4:30 a.m.
Agosto 2006

jueves, julio 20, 2006

Cosas que he callado XIV...

Estaciones.

Quisiera abandonar el otoño de mi ropa, desposeerme de la primavera, de la carne, huir del invierno de mi esqueleto y matar al demonio de mi soledad, mi conciencia. Ser nada mas, el inmortal, maduro, estío.

Junio 28, 2006.

Cosas que he callado XIII...

No quiero partir solo!!!.

No quiero partir solo, veo tres veces tus ojos en mis ojos, y una nube de gritos que se pierde y estoy presente, todo. No quiero partir solo, mi conciencia es el grito de una imagen, el recuerdo de un mundo no vivido, y la angustia de un poco.
Veo. Grito. Y se que nadie me escuchará, que nadie me responde. Después, el cuerpo de pluma y algodón en el vació inminente, sin manos, sin sentidos, se deshace, se pierde, y ya no se siquiera si estoy solo.

Junio 9, 2006.

lunes, mayo 29, 2006

Crónicas XII...

Algún día.

Un día de estos me aparezco en el patio de tu casa con la venia de tus padres (de hecho seria de tu madre), aun no se si solo con mi guitarra mal afinada, tocando los acordes medio raro y cantando sin entonación, o con alguno que otro amigo trovador, con botellas de cerveza y empapados en alcohol, por supuesto que llevaría un arreglo floral en la mano derecha, pero que no sean de rosas, porque tienes la manía de devorarlas al primer pestañeo, pero si con un perfume y belleza similar.

Claro para esas alturas del partido ya serias mi novia, y espero que tu madre ya me trate sin la formalidad del "señor", si, lo se, soy mayor que tu, pero no tanto, seria padrisimo tener la suficiente confianza de entrar a su casa sin la pena que me ocasiona, pues sabes que soy alérgico a los padres, quizás una noche no muy lejana podría llevar algo para la cena con ella y tus hermanas, y si les hago lasagna?.

Tus hermanas serian las cómplices y a las que les contaría mis historias de suspenso inventadas, mis broncas contigo, mis chistes ácidos y alguno que otro secreto que hay entre los dos, ellas se encargarían de que para cuando llegue a tu patio, te encuentres totalmente dormida, con la puerta abierta para que llegues a escuchar mi aguardientosa voz, cuando ya estés tapadita con tus sabanas blancas y tu edredón color azul.

Tu padre, por supuesto que estará con cierto rictus de molestia reflejada en su rostro, posiblemente se encuentre pasado de copas, algo común los fines de semana. Seria bueno poder platicar con el, al calor de una buena cerveza, ver el partido el domingo a las 12, que no me vea como el “wey ese” o el que tiene los brazos alrededor de su hija cuando llega en las noches después del trabajo y pueda ser solamente... mmmm nose, algún apodo no tan despectivo, o mejor aun, me ubicaría al fin, como el novio de su hija.

Algún día, espero no muy lejano, poder abrazarte, besarte, tomarte de la mano si el temor que tu familia nos vea como si fuéramos jóvenes de secundaria que se esconden ante el miedo de ser descubiertos. Algún día, espero aparecerme en tu casa, en tu patio, empapado pues esta lloviendo, con frió, con un arreglo floral y sin rosas, con tus hermanas mis cómplices, con mis canciones desentonadas, con el nerviosismo de ver como tu madre me sonríe, con tu padre molesto, con mi corazón de frente y mis ganas de besarte cuando bajes a escuchar como termina mi canción, con las ganas de que algún día no muy lejano, te despierte cantando, desde nuestro patio....

Johnny.
Mayo 29, 2006.

viernes, mayo 19, 2006

Cosas que he callado XII...

Con todo.

Con tus ganas de llorar a media noche.
Con tus ilusiones y tus miedos.
Con tus sueños a color y en blanco y negro.
Con el olor de tu piel y lo terso que es al tacto.
Con el color de tus ojos y la profundidad con que miras.
Con las caricias de tus manos y lo que saben hacer.
Con cada palabra de tu boca y con lo suave de tus labios.
Con tus piernas largas y tu trasero firme.
Con tu cintura breve y tu vientre plano.
Con tu sombra, tus pasos y tu cansancio.
Con tu cuello en el que me encanta perderme.
Con tu cabello suelto jugando con el viento.
Con tus senos del tamaño de mis manos.
Con los te amo, te quiero, te extraño, te necesito.
Con tus ganas de caminar a mi lado.
Con tus juegos infantiles y tus acertijos complicados.
Con tus canciones en mi oído.
Con cada gesto diferente que haces al correr de la jornada.
Con tu tiempo y tu espacio.
Con tu vida y tu patito de peluche amarillo.
Contigo, y con todo lo que me falte, quiero quedarme...

Johnny.
Mayo 19, 2006.

martes, mayo 16, 2006

Cosas que he callado XI...

Hoy.

Hoy me dieron ganas de escribirte en frases cortas, con letras pequeñas y con tinta indeleble, de soñarte caminado descalza sobre la arena de la playa, dejando que la brisa juegue con tu cabellera larga y tu falda suelta al viento, de respirarte y llenar mis pulmones con tu silencio, tus caricias, tus pasos, tus miradas, tus sonrisas y con la estela del perfume dulce que despides al caminar, de querer no despertarte, de dejarte abrazada a la almohada en lo que preparo el desayuno, de dejar que la lluvia nos moje cuando camino tomado de tu mano.
Hoy me dieron ganas de tantas cosas, pero lo único que se me ocurre en este momento al verte, es amarte.

Johnny.
Mayo 15, 2006.

martes, abril 25, 2006

Crónicas XI...

Sos vos...

Si escucho una canción de esas cursis y rancheras que acostumbra oir mi hermana, apareces de la nada. Si de pronto mi maquina se traba y estoy enojada pues mi trabajo de toda una mañana se puede echar a perder, apareces tu, de la nada. cuando mas estresada estoy, apareces tu de la nada. Eres un sueño, a veces delirante, a veces sublime, otras simplemente emocionante, muchas mas inspirante. Eres un sueño que invita a dormir, a dejarse llevar y quedar atrapada en eso que mucha gente denomina ilusión. Eres un maestro, al menos mi maestro, en las técnicas del amor que aun no conozco del todo, y en las técnicas del chantaje sentimental mejor conocido como berrinche, que a veces necesito pulir, en enseñar que no todo lo malo es malo, y que no siempre de lo perdido, lo que aparezca. Muchas de mis tardes, ha sido fácil regalártelas. No he encontrado mejor cura para un corazón herido, que el arma que lo hirió, cuando regresa a sanar lo que esta corrompido. Y no he encontrado mejor manera de decírtelo, que no diciendo nada y exigiéndote un beso, cada vez que estoy contigo. Sos vos, simplemente, la parte que me faltaba y nunca repare en su ausencia. Un te amo no basta. Dos quizá sea demasiado, aunque.. sos vos, un poco demasiado. Idem Idem Idem Idem.

Veronica I.
Abril 21, 2006

miércoles, marzo 15, 2006

Cosas que he callado X...

Señora

Pocas mujeres que conozco merecen ser llamadas “señora”, una de ellas. . . mi abuela, quizá la más representativa de todas, llevaba el adjetivo de DOÑA muy bien puesto; mujer de carácter (malo o bueno, depende de cada quién lo diga), mujer de iniciativa, de control total de sus actos, pensamientos y sentimientos, con una creatividad que ya la quisiera Cervantes, Da Vinci o Schubert, poseía un par manos maravillosas que bien pudieron haber sido varitas mágicas, nunca conocí a nadie con la facilidad que ella tenía para crear lo inimaginable. Sólo ella contaba con ese don.

¿Cómo escribir de alguien que aún duele, que aún se extraña, que aún se busca en casa? Dime abuela ¿De dónde se sacan fuerzas para pensarte y no romper en llanto? Enséñame a no llorar, no aprendí bien; enséñame a no mostrar mi lado débil, no puedo ocultar que me duele tu ausencia; dime cómo enfrento a la vida sin ti, si desde que te fuiste me siento perdida en la selva de la vida y no estás tu para rescatarme y calmarme, como en aquellas noches de pesadillas infantiles.

Mi abuela, la vida me quedó a deber bisabuela para mis hijos, la vida me quedó a deber abuela para mi, se fue cuando tenía 24 años, si, en promedio la tuve mucho tiempo conmigo comparado con mis primos y hermanos, pero para mi ella era como el helado, nunca es demasiado, nunca es suficiente, siempre quiero más, más de ella, de su cariño, su sabiduría, su presencia.
Como única nieta mujer de 6 nietos que somos, tuve el enorme honor de ser su preferida, le duela quien le duela, lo digo sin duda a equivocarme y con todo el orgullo que puede caber en mi corazón, no es un secreto, todos sabemos que fui su nieta preferida, ella y yo lo teníamos muy claro, ella era mi favorita y yo también y eso ha marcado mi carácter y mi vida, por que el hecho de ser tan importante para alguien te da privilegios y responsabilidades, no puedes fallar, simplemente no puedes fallarle, no a ella.

Remordimientos, si, si hay y muchos, un libro famoso dice: “Quien sea libre de pecado que tire la primera piedra”, quizá fallé en muchas cosas, no lo sé, pero me quiso siempre, hasta el último suspiro; me equivoqué, claro que si y en muchas cosas, ella me enseño que no es malo equivocarse, lo imperdonable es no aprender de tus errores.
Bien dicen que los abuelos son sabios por naturaleza, y ella naturalmente ella sabia entre las sabias, tenía la frase exacta para cualquier situación, con su incomparable humor y su crítica certera, podía convertir cualquier reunión aburrida y sosa en una verdadera tertulia llena de dichitos, chistes y risas.

Era muy contrastante, con una educación de la era de la revolución mexicana, pero con una actitud de mujer del siglo XXI, la convertía en una persona con la que podías hablar tanto de la aclaración de piel del “güero Jackson” como ella nombraba a Michel Jackson, como también te podía platicar con lujo de detalle las hazañas que pasaron cuando bautizaron a su hermana en plena guerra cristera. Tan contrastantes eran sus pláticas como su vida, de ser de una familia acomodada, dueña de una fábrica de mezcal en la sierra guerrerense con un hijo de 8 meses, un marido militar es que la amó hasta que murió absurdamente por tratar de separar a dos locos miembros de familias enemigas como Capuletos y Montescos, común en Tixtla; y de repente perderlo todo y tener que emigrar a Morelos, a empezar desde abajo, sin nada, con un hijo y el recuerdo casi demencial de su esposo.
Ella una vez confesó que se volvió loca me contó como un año de su vida lo tenía borrado de su mente, no supo de ella ni de su hijo, no recuerda cuándo empezó a caminar su hijo, estaba allí pero no se enteró. Con una vida llena de sufrimiento, lágrimas, limitaciones, llena de incertidumbre, de desconsuelo e incomprensión. . . ¿quién puede juzgarla? ¿Quién tiene derecho?

Sin embargo, tan grande era, que ni todo el sufrimiento vivido pudo opacar la luz natural con que nació, inquieta desde niña, me encantaba oír sus anécdotas de cuando era niña allá en su natal Tixtla, y se iba al Santuario a bailar en la tarima, y sus pleitos eternos entre sus hermanas por que siempre la acusaban con su mamá, pero ella corría con su abuela “Mama Chimi” a refugiarse como todo nieto hace con las abuelas consentidoras; sentía que ella era yo, siempre me sentí identificada con ella.

Fue la rebelde de sus hermanas, mientras que Ana y Aurelia cocinaban y hacían los labores del hogar, ella jugaba en el llano, subía árboles, bailaba y cantaba, ella nació para ser libre y odiaba las responsabilidades las reglas. Que si fue buena o mala madre, no lo sé, no importa, el cielo es testigo que hizo las cosas lo mejor que pudo, ¿quién es lo suficientemente buen hijo como para juzga a una madre? ¿Quién es lo suficientemente buen ser humano como para juzgar a otro? No todos vivimos la misma vida, así es que no podemos decir quién hizo bien o quién mal. Cada quien es responsable de sus decisiones y sólo ella sabe por qué y bajo qué circunstancias tomó de tal o cual modo decisiones tan difíciles.

Ella decía "Arrepiéntete de lo que no hiciste, nunca de lo que hiciste, por que lo hecho, hecho está ". Es más fácil vivir bien que vivir mal, ¿para qué hacerte más difícil la vida? Si ya es complicada por naturaleza. La vida es más sencilla si se vive sin miedos.
Al final de la vida ella se fue convencida de que:

amó,
fue amada,
el sol acarició su faz.

Vida, nada le debes,
vida . . . están en paz.


Indira Franco
Marzo 23, 2006

miércoles, febrero 22, 2006

Cosas que he callado IX...

Y si...

Y si un día llego a tu casa montado en un caballo blanco y te rapto?
no tendría que pedirle permiso a tus padres,
mucho menos a tus hermanas y a tu sequito de amigas.

Y si te quedas las noches que no has estado conmigo?
así no estaría solo con mi insomnio,
te tendría a mi lado acostadita y escuchándome cantar.

Y si me robo la miel de tus labios?
no te extrañaría a rabiar cada vez que necesite un beso tuyo,
aunque a fin de cuentas, creo que eso ya me lo robé.

Y si me pongo a un costado de tu corazón?
tu latido seria el mío y mi vida dependería de ti,
aunque de alguna manera creo que ya lo estoy haciendo.

Y si inundo tu cuarto de flores?
ellas se encargarían de decirte lo mucho que te quiero,
cada vez que tu nariz perciba su perfume.

Y si te baño, te enjabono, te seco, te cambio, te meto en mi cama,
Y si....
Y si....
Y si mejor nos dormimos?,
cuelgo el teléfono, te digo hasta mañana y,
¿podría soñar contigo?

Johnny
Febrero 17, 2006

lunes, diciembre 12, 2005

Cosas que he callado VIII...

Será que te conozco?

Conozco tu desnudes, el sabor de tus labios, tus pechos desnudos y el olor de tu cuerpo, lo firme de tus caderas, tu canción desafinada en mi oído, tus brazos y como hablan tus manos en una caricia. Conozco tu mirada cuando sé que algo te esta molestando y cuando no tienes que decir nada con tan solo una mueca tuya, tus acertijos que sabes que no entiendo cuando tratas de decirme muy en el fondo que también me necesitas tanto como yo, y tu sonrisa picara cuando me dices que soy un tonto.

Conozco tu silencio cuando digo que te amo, y que quiero que no te vayas cuando son las tres de la mañana y tienes que llegar a casa, cuando te vistes y me das un beso tierno diciéndome adiós, cuando me dejas una rosa en tu lugar para amanecer, conozco tus manos cuando tocan mis piernas y su calor cuando se entrelazan con las mías, cuando las pasas lentamente por mi mejilla después de un beso tierno y con tu mirada de amor. Conozco la fuerza con las que tus brazos me abrazan y las caricias en mi espalda cuando lo haces con tanta fuerza que creo perder el aliento, la emoción que tienes y que me ocasionas cuando te veo, cuando el mensaje en mi celular es tuyo, cuando no me canso de ver tu imagen en mi pantalla.

Conozco tus ganas de desvelarte conmigo hablando por teléfono y esperar sin que queramos que suene el despertador y despedirnos porque tenemos que ir a trabajar y que por medio de un lucero estemos juntos olvidando que estamos a kilómetros de distancia. Conozco tantas cosas y más que me faltan por conocer de ti, pero aun así, no sé si roncarás cuando ocupes el lugar de mi almohada, cuando duermas conmigo, cuando no me digas es tarde y tengo que irme, cuando no nos importe tener que llegar temprano a casa o que suene el despertador, porque serás mía y yo de ti, cuando al fin, seas parte de mi vida...

Johnny.
Diciembre 12, 2005.

martes, diciembre 06, 2005

Crónicas X...

Desvelo contigo.

Es de noche. Hace frió. Estoy pensando en cuanto he crecido y las cosas que han pasado en mi vida. He cambiado. Me imagino de 16 y los vidrios de las casas me devuelven la imagen desgastada de alguien a quien me he acostumbrado a ver todos los días en el espejo. Y no tiene dieciséis.

Cargo los libros en la mano y con la misma mano llevo el bolso. Tengo frió. Estoy pensando ahora en ti. Imagino que conoces mi mundo y que yo te enseño las cosas valiosas para mí. Tengo los ojos rojos y la cara demacrada y aun así insisto que alguien me ha robado cuatro horas de mi vida, que ayer perdí como a las once de la noche. Miro al cielo y recuerdo que pedí ser tu lucero. Yo no podré ser la luna. Ella siempre ha sido caprichosa y fácil de esconder lo que no quiere que le vean. Unos días es redonda y otros parece que un pedazo le hace falta... los luceros no. Ellos están ahí, con y sin nubes, aunque no los puedas ver. Aparece ante de que se oculte el sol y desaparecen antes de que salga. Son pequeños como para traerlos en el bolsillo y siempre iluminan, a lo mejor no tanto como tu mirada, pero iluminan un pedacito de tu cama, donde acostado de lado, con una mano bajo la almohada y una pierna doblada y la otra estirada, hablas conmigo.

Yo no sé porque, pero disfruto de esa platica interminable contigo. Y me pregunto que fue de nosotros este tiempo, estos años. Porque nos encontramos, porque nos dividimos, porque justo ahora nos reencontramos... mientras tu y yo hablamos por teléfono. Imagino que observo desde un rincón las historias que me cuentas, que yo también estaba ahí, que yo también lo viví a tu lado, y así van pasando uno a uno tus recuerdos, y yo sigo metiendome en ellos, viajando al pasado y entendiendo el presente, y quizá intuyendo el futuro.

Hasta que sonó la alarma y tuve que colgar para ir a trabajar, en este mundo, el real.

Verónica I.
23:31 p.m.
Diciembre 05, 2005.

lunes, noviembre 28, 2005

Cosas que he callado VII...

Dormida.

No importa que tus ojos se hayan cerrado
ni que sea de madrugada y que sea yo quien vigile tus noches
entre lo oscuro del cuarto, desde mi cama y entre tus sueños.

Has dejado la ventana abierta,
juro estar acariciando tu espalda desnuda
pero sé que el reflejo de la luna lo hace en mi lugar.

Sé que no tienes ganas ni de escucharme,
aun así canto para ti las canciones que te gustan,
me imagino que esbozas una pequeña sonrisa oyendo mi voz.

Recorro la totalidad de tus piernas firmes y largas
sobre la sabana que cubre tu hermoso cuerpo,
ahora pienso que soy yo el protagonista de tu sueño.

Escribo sobre tu piel blanca mi nombre junto a un “no me olvides”,
es una buena forma para quedarme junto a ti
al día siguiente que decidas irte.

No me canso de contemplarte apenas respirando
con la luz de la luna dibujando tu silueta entre la noche,
así, sin que quiera hacer mío de nuevo tu cuerpo.

Ahora soy yo quien escucha tu voz inundando mis oídos,
sintiendo tus manos recorrer mi cuerpo,
abrazada a mi y cantándome despacito y al oído.

Imagino que seré yo quien amanezca contigo,
acariciando tu espalda y rozando mis piernas con las tuyas,
despertarte despacito y a mi lado.

Johnny.
Noviembre 28, 2005.

Crónicas IX...

Regalo de ti.

¿A donde vas?
¿por qué te vas?
¿Por que dejaste un gesto
de ti por cada esquina...?
R. Ornelas.

Me asomo por la ventana y esta lloviendo. Son las seis, y sé que, ya me estarás esperando. No sabes que emoción siento de saber que no tengo que ir a la escuela pues, ya no hay clases y que tu no iras a trabajar. Creo que, usaré un labial rojo, pero no, mejor no... recuerdo que a ti no te gusta. No quiero paraguas, me gusta sentir las gotas caer en mi cara, y camino sin mojar mis pies. En media hora estaré contigo y mi corazón se sale de mi pecho, creo que, tiene convulsiones.

Al fin te estoy viendo, y tus ojos, que nunca he adivinado de que color son, me están viendo también, ¡tengo tantas ganas de besarte! No me gusta el café que estas tomando, pero no quiero arruinar el primer día de vacaciones con consejos de salud. Siempre te quedó bien el suéter negro. Quiero decirte cuanto te he extrañado! y cuanta falta me has hecho...

Mmm, la gente nos mira raro, creo que, se asustan por mi gabardina. El verano se ha arruinado con la tormenta. Las calles están vacías y en este café pequeño, solo quedamos tu y yo. Y no entiendo porque lloras, ¿es que ya no me quieres mas? Yo soy quien debería llorar, si te vas a ver a tu familia, no te veré pasar las vacaciones conmigo y no veremos juntos caer otra lluvia.

Es extraño, pero de momento, he recordado, así de golpe, todos estos años de veraneo contigo. Recuerdas que cuando te conocí te querías suicidar? Creí que ya no te vería. Y que tal cuando casi me ahogo al subir el tepozteco? Nunca te agradecí ese suero con sal y Tehuacan que me salvo de morir también deshidratada otro año, preparaste hamburguesas y me llamaste fodonga por no ayudarte? Y que tal las tardes de calor junto al río? Otra tarde mas y no la contaríamos, porque en esa época hubo mucho dengue y nos salvamos por milagros, si, milagros, la cocinera que siempre nos corría.

Y hoy estamos aquí, mirándonos los pies, oyendo a quien imita a un trovador, de frente uno al otro, otro verano más. Llevas cinco tazas de café y yo, solo te estoy mirando, no se como se cuentan los días felices pero, junio es el mes más feliz de todo el año, de todos los años de mi vida.Y sigo mirándote, y veo tus gestos al tomar la taza, y tu mirada no se cruza con la mía porque miras el aparador. Pongo mi mano sobre la tuya, pero no la sientes... estas ausente, y eso me entristece.

Me doy cuenta de todo, de repente. Hoy es el ultimo verano que estoy contigo. Y hoy se acaban mis vacaciones a tu lado. Quizás ya no veré tus ojos y me digo, que, daría todos mis veranos felices por sentir una vez mas tu boca... pero hoy, tengo que soltarte... mañana cerrarán mis ojos y no veré caer esta lluvia.. Espero que cumplas tu promesa... y vengas a leerme un pedacito de libro, cada verano, con sol y con lluvia...sentado sobre el pasto y recargado en mi epitafio.

Te quiero.

Veronica I.
Noviembre 28, 2005.

jueves, noviembre 17, 2005

Cosas que he callado VI...

Prometo.

Prometo no interferir con tu noviazgo
pero no me pidas que deje de soñarme entre tus brazos,
sintiendo tu calor y tu cuerpo desnudo debajo de las sabanas
y volviéndonos uno solo juntando saliva, flujos y sudor.

Prometo mirarte, hablarte quedito y desde el corazón,
pero no me borres de tu pensamiento,
guárdame una caricia de tus labios, tu mirada encendida
y poquitas espinas porque el amor a veces duele.

Prometo quererte igual o más que el que tienes a tu lado
amarte en horas hábiles, y fines de semana y extrañarte aun estando junto a ti,
llevar una cuenta detallada de gestos y sonrisas diferentes
y guardarlos celosamente junto a tus sueños dentro de un baúl.

Prometo cantarte al oído al despertar y cuando sea la hora de dormir,
molestarte a las tres de la mañana solo para decirte que te amo y que sueño contigo,
bailar despacito y abrazados, no importa que sea a mitad de la calle,
ni que miradas extrañas nos llamen locos.

Prometo ser yo el encargado de cuidar tu vida,
abrazarte en momentos de llanto y compartir mil alegrías contigo,
caminar a tu lado de la mano sin importar que la lluvia nos moje,
no separarme de ti ahora que por fin te encontré.

No creo que me sea tan difícil cumplir esto,
solo hay un problema,
necesito que alguien me pida enamorarme de ti
porque tu no tienes ganas de decirlo.


Johnny.
Noviembre 16, 2005.

lunes, octubre 31, 2005

Crónicas VIII....

Después.

Piensas en los días en los que caminábamos juntos tomados de las manos por las calles oscuras y a altas horas de la noche, las palabras al oído en las reuniones familiares, las caricias después de la cena y frente al televisor, nuestro primer beso en aquella parada de autobús, el día que nuestros cuerpos se fundieron por primera vez en uno solo en la incomodidad del estudio, lo tenue de las velas y el dulce perfume de las rosas recién cortadas de la cena en la azotea, la primera vez que cante bajo tu ventana de madrugada, el perderme en incontables ocasiones dentro de tu blusa y bajo tu falda, y recuerdas como nuestras peleas terminaban siendo el pretexto perfecto para una noche de pasión para el reencuentro.

Mueves nuevamente la cuchara dentro del café, con una sonrisa picara vuelves al sillón sentándote a mi lado, buscando abrigo entre mis brazos y sobre mi pecho, tu piel esta fría, te digo por décima vez que te quiero en apenas un par de minutos, apoyando mi barbilla sobre tu pelo, cierras los ojos y siento como poco a poco dejas de temblar.

Nos quedamos sentados sin decir nada frente al ventanal abierto de par en par, con tus piernas flexionadas sobre el sillón, con mis brazos alrededor tuyo, con tu música favorita que apenas logro escuchar entre el ruido que ocasiona tu cuchara moviéndola dentro del café, con tus ojos cerrados y tu piel menos fría, con otro te quiero entre mis labios, con el olor de tu pelo y el perfume de tu cuello, sintiendo como una brisa fresca golpea nuestros cuerpos, haciendo que se junten aun mas, sintiendo el correr lento del tiempo y viendo como se empapa la ciudad.

Todo ello ocurre después, justo después de empezar a llover.

Johnny.
Octubre 31, 2005.

martes, octubre 11, 2005

Cronicas VII...

Ella es...


“Ella es ser de viento y agua
que vuela y se sumerge en mi mirar
viaja en mis pulmones y en las aguas
que brotan de mis ojos si no estas ...”
E. Oceransky.


Reconozco que alguna vez me porte como un completo idiota y que tuve poco tacto para con ella. Pero debo decir que los momentos que pase junto a ella fueron mágicos e inolvidables. Solíamos tener charlas amenas e interesantes (eso creo yo) y de cuando en cuando nos enojábamos por el choque de ideas entre los dos. Había ocasiones en las que no sabia si darle un apretón de manos o darle un abrazo largo seguido de un dulce beso. Mi poca sensibilidad y mi dificultad por mostrar mis sentimientos en esa época no me lo permitieron.

Supongo que aun es aficionada a los buenos tacos de pastor y a la música con propuesta y a la lectura así como a la escritura. A un buen tarro de cerveza oscura, a su grupo de amigas, a los buenos bares. A su equipo de soccer favorito y a sus paseos por los puentes y por las calles. No sé si aun siga frecuentando los lugares que visitábamos.

Tenia por lo menos 7 meses que no la veía, solo teníamos contacto por mensajes vía celular y algún que otro encuentro por la red. Me dio mucho gusto volver a verla. Se veía igual que como la había visto meses atrás. Aunque ella alegaba que había subido de peso, yo la vi perfecta. Estaba escoltada por dos de sus amigas. Amigas mías también. Pensé en decirle tantas cosas, pero supe que no era ni la ocasión ni el momento. Horas mas tarde me percate de que lo que hice, había sido lo correcto. Su mensaje diciendo que era demasiado tarde hizo favorable mi decisión.

No me va mal, aunque debería irme mejor. Me dijo que posiblemente este pagando lo que le hice a ella. Yo no lo creo así. Estoy total y plenamente de acuerdo del mal que ocasione a esa bella persona. Solía platicar con mi hermana acerca de lo que representaba para ella y la familia el haber estado cerca de ellos y el haberla conocido. Es una gran mujer. Una hermosa compañera. Una divertida amiga. Una excelente compañía.

No le cumplí su fantasía de hacer el amor debajo de la lluvia. Hoy que ya no la tengo a mi lado como compañera, me ha dado la oportunidad de valorar lo que alguna vez perdí. Que deseos de volver el tiempo. Que ganas de que hubiera conocido a este nuevo ser, y no al insensible que era antes. Mi nueva psicólogo, ahora mujer, me ha ayudado a sobrellevar los recuerdos y a mantenerlos frescos. A volver a tener una buena relación con ella y a dejar enojos o malos ratos dentro de un baúl. A ser una mejor persona con ella y con los que me rodean.

Ultimas palabras. Vamos por unos tacos... porque esta lloviendo!!

Johnny.
Septiembre 26, 2005.

Cosas que he callado V...

Me emborracho y ya.

Me emborracho y ya
Quitare con el vino el sabor de tus pechos en mi lengua
Y la resaca hará lo mismo con tu imagen desgastada al día siguiente.

Me emborracho y ya
Con una botella en mis manos olvidare que te acaricie
Y al llevarla a la boca lo amargo de la cerveza me quitara lo dulce de tus besos.

Me emborracho y ya
Y la música se llevara tus palabras de mi oído
Basta con arrancarlas de tajo y desde la raíz, de paso enterrarlas con estas ganas de ti.

Me emborracho y ya
Con el humo del cigarro me olvidare de tu perfume
Y la niebla me ayudara a borrarte de mis ojos y a no pensar mas en ti.

Me emborracho y ya
Y a quien diablos le importa que lo haga
Mañana lo volveré a hacer, levantare mi botella y le diré una vez mas a tu preciosa ausencia:
“Esta es a tu salud”.

Johnny.
Octubre 11, 2005

martes, agosto 23, 2005

Cosas que he callado IV...

Julieta.

Era imposible apartar la vista de esas hermosas y bien torneadas piernas blancas, su atuendo dejaba ver lo perfecta simetría de su cuerpo, su ajustada blusa marcaba unos senos finamente moldeados, bellos, mujer deseable para cualquier hombre dentro de ese bar. Su rostro tenia líneas tan finas y definidas que parecía ser una muñeca, sus ojos estaban resguardados por unas gafas pequeñas de aumento, la hacia ver más interesante para cualquiera. Esa noche no me arme de valor para abordarla, ¿qué podía decirle a tan perfecta mujer?. Los días pasaron, lentamente volví a recordar cada parte de su voluptuoso cuerpo, imaginándome recorriéndolo lentamente con mis manos, probando palmo a palmo la totalidad de su cuerpo, hablándole con la boca pero desde el corazón, bajarle la luna y las estrellas con cada palabra perfumada, sentir su sola presencia.
Volví días después a ese bar, pedí una copa y me dispuse a esperar que apareciera. Las zapatillas la hacia ver mas alta de lo normal, pero le hacían resaltar su figura. De inmediato quite esa minifalda negra y su blusa blanca. La desnude en mi mente. La bese en mi mente. Arto de tantos alucines con ella, y perdiendo miedo me dispuse a abordarla. Me llene de valor, de coraje, de hombría y de sortilegios con tal de conquistarla. Le pregunte su nombre. Supe hasta entonces que se llamaba Julieta y que estudiaba en la universidad del estado. Que tenia 24 años y que rentaba un cuarto con tres amigas compañeras suyas de la facultad. Que aun le faltaban dos años para terminar su carrera y que padecía de insomnio. Que tenia un perro al cual sacaba a pasear en las mañanas. Que hacía tres meses que no tenía novio. Que le gustaba el Rock y que le gustaba leer, aunque no lo hacia seguido debido al trabajo y a las clases de la universidad. Que estaba harta de la rutina y que pensaba tener dos hijos estando casada con el hombre de sus sueños. Su voz era fresca, sus ojos pequeños y verdes, su boca roja invitaba a ser besada, su sonrisa cautivaba, su mirada me mataba.
Tomamos varias copas. Después de cuatro horas de charla amena y de uno que otro chiste, accedió a acompañarme. Sucumbimos a la pasión reprimida en los dos, terminamos cuerpo a cuerpo, sudando, recorriéndonos de arriba a abajo, no dejando caer ninguna migaja entre los dos, sintiendo la exquisitez de sus bien torneadas y perfectas piernas rodeando mi cintura, sintiendo lo terso de sus bellos senos, extasiado por el sabor de sus labios, gozando la desnudes y el calor de su cuerpo, disfrutando cada centavo que por ella había pagado...

Johnny.
Agosto 23, 2005.

jueves, agosto 04, 2005

Cronicas VI...

En la plaza.

Al principio se me hizo raro verla bailando alrededor de esa fuente con un títere entre sus manos, cantaba y brincaba como si fuera una niña de 5 años a la cual le acaban de regalar lo que siempre había deseado. Pedí un par de cervezas al mesero y me senté en una de las mesas ubicadas en la parte de afuera de ese bar, vacío apenas por la tarde. La chica daba vueltas por todos lados bailando y cantando, parecía estar como, en un viaje psicotropico, de cuando en cuando se sentaba con los demás clientes de otros bares de esa plaza medio vacía. Parecía no molestarles, pues les contagiaba la buena vibra y lo feliz de esos ojos claros, al menos les robaba una sonrisa.

En algunas ocasiones, lograba tener una charla amena con alguno de los clientes, al menos eso me parecía, cantaba y hacia bailar sobre la mesa al títere que traía en sus manos. Al final seguía haciendo lo mismo, dar vueltas por toda la plaza. Lo interesante de mi lectura y la sed que tenia me hizo pedir otro par de cervezas, prendí el sexto cigarrillo y me dispuse a seguir con mi lectura.

No note el tiempo en que se acerco a mi mesa hasta que la vi sentada frente a mí, y como si nos conociéramos de tiempo me dio un “hola” seguido de un “como estas” con tanta naturaleza que trate de recordar si la conocía de algún lugar.
-Te puedo contar una historia?
Dije que si con mi cabeza cerrando mi libro y dando una fumada a mi tabaco. Puso el títere sobre la mesa y empezó un monologo algo parecido a esto:

“Había una vez cuatro duendes, a los cuales les encomendaron guardar el amor de los hombres y las mujeres, y que no les fuera tan sencillo encontrarlo para poder valorarlo más.
Uno de ellos dijo:
- Hay que meterlo en lo profundo del mar.
Los otros tres protestaron alegando que el hombre inventaría algo para viajar a las profundidades del mar y lo sacaría, y harían mal uso de el pues les seria tan sencillo encontrarlo con los inventos del hombre.
El segundo dijo:
- Hay que ponerlo en la cima más alta del mundo.
Los otros protestaron diciendo que tarde o temprano, sé correría el rumor de que se encuentra en las cimas mas altas del mundo y algún día conquistarían esos montes y quizá harían mal uso de el.
El tercero dijo:
- Hay que ponerlo en la ciencia.
Los demás protestaron. Todos los científicos y estudiosos lo encontrarían tan rápido que abusaran de los que nada saben de ciencia y harían mal uso de el.
El cuarto y ultimo dijo:
- Hay que meterlo en el corazón de cada hombre y mujer del mundo, pues a pesar de estar tan cerca de ellos les será tan difícil penetrar el corazón de una mujer al igual que el suyo, le podemos poner un escudo al cual le llamaremos celos, que los sentimientos lo vigilen y que este envuelto con tres capas de enamorarse, extrañar y querer.
No hubo protesta alguna por parte de los tres duendes dieron por valido que causaría tanto esfuerzo encontrar el amor dentro del corazón mismo.

Ahora que sabes donde esta el amor, le podrías regalar una moneda a mi títere?”
En ese momento entendí la risa que les causo a los demás clientes de los demás bares de esa plaza. Nos regalamos una sonrisa, deje sobre la mano del títere una moneda de 5 pesos y un cigarrillo prendido en los labios de esa pequeña niña enfundada en un cuerpo de adolescente de por lo menos 17 años, me dio las gracias, hizo que me despidiera del títere con un apretón de manos, y acto seguido, se marcho dando vueltas por toda la plaza medio vacía, cantando y brincando, como si fuera una niña de 5 años a la cual le acaban de regalar lo que siempre había deseado.

Johnny.
Agosto 4, 2005

Cronicas V...

Santo viaje interino.

Casi todo el mundo se fue de viaje en estas vacaciones de verano. Algunos a ver a sus parientes y pasarla tranquilos, descansar y relajarse. Otros más se fueron de reventón a alguna playa con sus novios, novias o amantes, a tener sexo salvaje y desenfrenado, y de reventón.
Estas personas van a necesitar unas vacaciones para recuperarse de las vacaciones.
Yo como siempre no tenía planeado salir, como siempre el trabajo no es que me absorba pero bueno, y no lo niego, en parte me favorece, tanto en distracción como monetariamente.
Pero a veces uno se acaba, por la presión mezclada con el estrés.

Así que pensé que tenía que pedir permiso laboral (que afortunadamente me concedieron) por dos días más mi descanso (domingo, lunes y martes) y así aprovechar para estar tranquilo, a solas en casa. Pero de repente a las primeras horas de mis vacaciones internas me empecé a sentir más que solo, abandonado como perro sin dueño, le pedí el carro a mi viejo y a última hora decidí huir de esta realidad y embarcarme en un viaje corto. Que más que un viaje, es un viejo y casi olvidado hábito, para el cual no necesitas tomar un avión, ni una carretera, ni un tren.
Sólo buscas compañeros de viaje, de reunión; que casi siempre están metidos en un departamento, y te dejas llevar por los juegos que tu mente es capaz de inventarse, y no vuelves a saber nada de ti mismo en dos o tres días. Quería pasar estos días solitarios sin pensar, quería evitar enfrentar lo que siento, lo que me duele, lo que disfruto. Necesitaba vacaciones de mí mismo.

En este tipo de viajes a veces conoces personas, pero al finalizar el recorrido rara vez las recuerdas o ellas a ti. En este caso así sucedió.

Se llama... diremos que no tiene nombre, sino apodo: Sol, por el tatuaje que tiene en la espalda. Después de unas 9 horas de reunión, de recorrido por la costera, y sin escalas al ataque de risa y la evasión de la mente, ya había convivido bastante con Sol. Delgada y alegre, se reía de todas las estupideces que yo le decía, y yo me perdía dentro de sus ojos color verde. Sol usaba unos jeans a la cadera, y mostraba el fino ombligo con su arracadita, gracias a un top colorado con apariencia de usado por años, pero que en realidad, acaba de comprar el viernes de la semana pasada, aunque no había ido a su casa a cambiarse.
-"¿Me llevarías a mi casa?"- me dijo.
-"¡No, no, qué flojera!"- le dije.
Cabe mencionar que en circunstancias normales, yo hubiera sido el primero en ofrecerme a llevarla. ¡Claro, sí soy un caballero, casi, casi, sólo me falta mi armadura!
Pero en este viaje se trataba de aprender a ser distinto.
-"¡Ándale wüey ,llévame, tú no eres así!"- me dijo, mirándome con sus ojos verdes y ya colorados por el desveló.
-"¿Así, cómo?"-
-"¡Así como el resto de estos cabrones! Tú, como que eres diferente."-
Me decepcioné de mí mismo. ¿Hasta en este estado se me nota lo imbécil?
-"Ándale wüey, y me pides lo que quieras."-
-"¡Ja!"- yo me reí incrédulo
-"¡Sí cómo no! Si te pido lo que estoy pensando, de seguro me vas a salir con que: 'Ay, eso no, porque ya somos amigos y te quiero mucho'."-
-"¿Qué, qué, cómo dices?"- me preguntó.
-"Sí"- le expliqué - "Es que cierto tipo de mujeres, sólo hacen el amor con los cuates que no quieren mucho. Y como a mí siempre me quieren mucho, siempre me la pellizco. Y entonces tengo que encontrar mujeres nuevas, portarme como un imbécil para que no me quieran mucho, y así poder... ¡etcétera!."- puntualize.
-"¡Ayyy wüey! ¿Pues con qué clase de viejas te juntas?"- me cuestionó.
-"¡Son lindas!"- le dije -"Yo también las quiero mucho, por eso no me acuesto con ellas."-
Los dos nos atacamos de risa por este comentario.
-"Si te llevo, ¿me enseñas una bubi?"- le dije.
-"¡Va, wüey !"- respondió.
Al llegar a la puerta de su edificio, yo no esperaba que me cumpliera mi deseo.
-"¿Cuál quieres ver?"- me preguntó.
-"¿Ehhh?"- respondí con la agilidad mental de López Obrador.
-"Sí, ¿cuál, la derecha o la izquierda?"- señalaba una u otra.
-"¿Sabes qué? ¡Como eres bien lindo, ahí te van los dos!"-
Y se subió el top hasta el cuello.
-"¡Woooowww!"- exclamé -"¡Qué... qué, qué amable eres! ¡Ya me voy!"-
-"¿Por qué te vas?"-
-"¡Porque este tipo de cosas nunca me pasan a mí!"- dije temblando
-"¡Igual y estoy alucinando, tal vez estoy tirado en la sala de mi casa inconsciente y necesito una ambulancia! ¡O tal vez sólo es una broma o tal vez..."-

Interrumpió la sarta de estupideces que yo le decía con un beso largo y profundo. En ese momento, mi viaje interino suicida tomó otro curso completamente distinto. De ser un viaje autodestructivo, se convirtió en un paseo por el cielo, fue como recorrer la Ruta Maya, mezclado con Disneylandia. Ya no salí de su casa en los dos días siguientes. ¿Fue real o lo soñé? Ahora tengo miedo de no volverla a ver. Pero también tengo miedo de encontrarla, y de que todo sea distinto.

Johnny.
Agosto 3, 2005

miércoles, julio 13, 2005

Cosas que he callado III...

Dulce y delirante sueño.

Anoche, en medio de mi fiebre, mi cansancio, mi delirio, ahí. . . en medio de mi sueño de repente apareciste, casi fantasmal, y sin darme cuenta de pronto estabas protagonizando el más hermoso sueño que he tenido.

Primero eras un personaje más, sin rol definido, pero conforme fue transcurriendo el sueño, toda la trama se centró en ti, trama que por cierto, ni siquiera he intentado recordar, no me interesa, dejaste en mi algo más que un sueño loco que recordar. Lograste enamorarme después de esos encuentros casuales en ese parque sombrío y frío, me sentí realmente enamorada y amada, pero no con ese amor físico y pasional que normalmente sentimos los seres humanos, en el cual se condicionan tantas tonterías, sino con ese sentimiento que duele dulcemente en el alma, tan puro y tan incondicional que no sabes si es real o irreal, claro. . . como un sueño.

Al despertar por la mañana entre los gritos y los brincos de mis hijos, intenté desesperadamente grabar tu rostro en mi memoria, pero no pude, esas vocecitas que exigen atención me distrajeron, cerré los ojos tratando de atraparte entre mis párpados y mi iris, pero te desvaneciste entre mi borrosa memoria, no pude recordar tu rostro, pero aún sentía tus manos entre las mías, y tu dulce beso, es triste pero hace mucho que no recibo un beso tan dulce como el de mi sueño, y no puedo dejar de pensar en lo cursi que me siento ahora, pero no importa por que anoche . . . fui feliz y eso nadie me lo puede quitar. Que bonito es soñar, ese es uno de los derechos divinos que nadie puede prohibirte.

Durante el resto del día te pensé, te busque en cada rincón de mi álbum de fotos mentales, pero no estabas, hoy nuevamente me siento enferma y cansada, pero ayer me hiciste feliz, ayer tuve una ilusión, ayer me sentí amada… ayer me enamoré de ti, hombre sin rostro ni nombre, hombre misterioso y tierno, amable y dulce. Ahora entiendo la famosa frase “El hombre de mis sueños”.

Ayer conocí al hombre de mis sueños, y me siento extrañamente culpable con el hombre de carne y hueso que duerme a mi lado, con el que comparto mi vida real, me siento culpable por pensar en ti, por querer saber si existes en realidad, o si solamente eres eso. . un sueño.

Entiendo que los sueños son los ideales que tenemos en la vida, esa ilusión irreal que nace del más profundo deseo de que así sea verdaderamente. Triste realidad ! !

No he podido conciliar el sueño, creo que una parte de mi se niega a dormir si no estás tu. No sé si tengo miedo de que no vuelvas a estar más en mis sueños o si el miedo es que existas y te conozca algún día. No, eso no puede pasar, sólo fuiste un sueño ¿verdad?!!!!!

Ahora mismo siento frustración por que al estar escribiendo estas líneas me esfuerzo por visualizarte y no puedo, no logro definir tu rostro, estás ahí, sé que estás en algún rincón de mis ilusiones más intimas, pero mi imaginación no logra dibujarte; detesto la mañana que trajo consigo mi despertar y tu partida sin despedida, el fin de mi sueño inconcluso.

Lo único que me queda es buscarte en mis sueños, ahí es donde te vi, ahí debes estar. Me temo que de ahora en adelante me iré a dormir con la ilusión de volverte a ver en mi sueño, prométeme que me vas a esperar en nuestra banca del parque. . . Hasta pronto. .

Mi dulce sueño.

Johnny.
Julio 11, 2005

jueves, junio 09, 2005

Cosas que he callado II...

4:56 a.m.

Por un lapso de tres horas escuche pequeñas, infantiles y tímidas risas, carcajadas y constantes muestras de camaradería. Ya no tenia ganas de contar chistes, ya se me había acabado el repertorio. Uf!! Que ganas de tener a la mano un buen tabaco acompañado con una copa de ron, sentarme a ver como llueve y sentir como la brisa fresca golpea mi rostro, contigo a mi lado. Muchos se acercaron a mi oído y me reclamaron el drástico cambio de humor. Me acorde de ti. muy pronto cambie las risas por el llanto.

Empecé contándoles de tus felinos ojos, de lo mucho que extraño no volver a verlos, de lo profunda que era esa mirada color café claro, de lo hermoso que se veían a contra luz y que descansaban sobre una nariz afilada, pequeña, perfecta y que te hacían ver más bella, de la ternura que me ocasionaba verlos llorar de felicidad y de cómo me rompías el corazón cuando lo hacías por tristeza. Quizás ahora lo hagas por esto ultimo. Les dije de lo calcinante que eran verlos cuando estabas molesta y de cómo con tan solo una mirada me dabas a entender tantas cosas. Miles de ellos rieron hasta desmayar, como si hubiera contando el mejor chiste de la noche.

Les explique del sabor que tenían tus labios cuando te besaba, cuando nuestras lenguas jugueteaban y se volvían una sola, cuando mordía tu carnoso labio inferior. Les dije lo dulce que era el color de tu voz cuando te acercabas a mi oído y como un leve y cálido suspiro me decías: “Te quiero”, cuando no existía mejor forma de amanecer a tu lado que con un abrazo seguido de un “Te amo” aun dormida. Les dije cuanto me lastimaron tus “Te odio” y la ternura que me ocasionabas cuando te dirigías a mí como “Mi vida” o “Mi amor”. Les dije la bella armonía que ocurría cuando te reías a pulmón abierto, al sentir mis juguetones dedos por la planta de tus pálidos pies, cuando se iluminaba tu hermoso rostro con una sonrisa que hacia que me derritiera olvidando cualquier enojo contigo, y el miedo que me daba cuando dejabas salir a la mujer dura e inquebrantable cuando te molestabas. Algunos de ellos se conmovieron y agacharon la vista, la mayoría seguía recorriendo mi cuerpo tendido. Inerte.

Les conté lo delicioso que era descansar mi cabeza sobre tu hombro y alucinar con la fragancia de tu cuello, en el que tantas veces me perdí y que me encantaba besarte. Les dije lo perfectamente moldeados que tienes tus senos. Firmes. Duros. Escucharon atentos con cierto morbo cuando les conte la primera vez que sintieron mis calidas manos y como se erguían cuando sentían mi húmeda y quemante lengua cuando los recorría centímetro a centímetro. Cuando tus piernas abrazaban mi cintura y sentían la desnudes de mi cuerpo cuando nos fundíamos en una sola persona. Cuando te robaba un gramo de vida en un orgasmo. Cuando no importaba otra cosa mas que amarnos...

Era hermoso contemplarte dormida las madrugadas de insomnio, desnuda, sin pudor. Sentir lo terso de tu blanca piel. Sentirte totalmente mía cuando te abrazaba fuertemente contra mi pecho. Caminar por la calle tomada de la mano sin preocupación alguna. Limpiar con besos las lagrimas que tantas veces te ocasioné. Sentir tu aliento fresco en mi rostro. Decirte cuanto me encantaba verte con esos jeans ajustados que dejaban ver tu preciosa figura. Tocar tu cabello. Volverte a besar... no sabes como lo extraño. Hay tantas cosas mas...

Una lagrima recorrió lentamente mi fria mejilla. Uno de ellos se acerco y con su pequeña mano la seco. Se movio hacia mi oído y apenas pude escuchar su infantil voz que decía: “debiste de haberla querido mucho”. Mas que a mi propia vida. Conteste en mi pensamiento.

Si pudiera salir tan solo un minuto de aquí.

Logre la atención de miles de ellos hay presentes. Alcance a ver como la mayoría tenia los ojos húmedos. Un silencio invadió de pronto el ataúd. Minutos después seguían con el festín que mi cuerpo les estaba proporcionando...

Johnny
Junio 07, 2005.

De la pluma del maestro Cortazar

Rayuela
Capitulo 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Cosas que he callado...

Laura.

Hacia semanas que pasaba lo mismo con sus sueños. Lo curioso de esto era que se presentaban solo los fines de semana. Sabia que algo trataban de significar esos raros sueños. Personas extrañas para ella, eran los protagonistas de esos pasajes alucinantes y mortuorios. Quizás la presión del trabajo, alguna película o simples pesadillas sin importancia pensó ella. Quizás fue eso.

La noche de ese viernes, lejos de su lugar de residencia, ocurría un asesinato. Del otro lado de la ciudad un auto compacto azul de modelo reciente corría a alta velocidad por una avenida poco transitada de esa ciudad, con dos tripulantes en su interior. Juan se dirigía unas calles mas abajo hacia su casa con un paquete entre las manos, era de noche y solo llevaba en su pensamiento algo que le intrigaba de suma manera: ¿le gustara?. Minutos mas tarde yacía boca abajo con una figura corporal grotesca, su cabeza descansaba sobre un charco rojo. Su sangre. Encima de el, una sabana blanca manchada en un extremo de su roja sangre. Era el cumpleaños de su esposa.

Como todas las mañanas de un lunes, y después de una ducha matutina antes de salir hacia el trabajo, Laura tomaba café en la misma taza que años antes perteneciera a su padre. El periódico en la mesa le contaba lo torcido en la política nacional, los estrenos en las principales salas de cine y teatro, las ofertas en los supermercados, los resultados de la jornada dominical del fútbol, algunas noticias sin importancia para ella. En la parte posterior y alejada de la vista de Laura, se informaba con lujo de detalle el móvil del asesinato de esa infortunada mujer encontrada en su domicilio semidesnuda, ultrajada y salvajemente golpeada. Muerta. Como de costumbre, las autoridades solo mencionaron a los medios de información que se abriría una investigación. Candidata excelente para las crecientes cifras de delincuencia. Cuenta como los tripulantes de ese auto se impactaron de frente contra un árbol, el estado clínico del copiloto, así como la dirección del anfiteatro en donde se encuentra el cuerpo del conductor del compacto azul. La esposa de Juan lloraba desconsolada, rasguñaba, se jalaba los cabellos al leer la triste reseña de lo ocurrido con su esposo la noche que inexplicablemente no llego a casa a celebrar con ella un año mas de vida. Jamás volvería a recibir un beso, una caricia, un abrazo, una mirada, una palabra, un regalo mas de Juan.

Se hacia tarde para Laura, ya no daba tiempo que se enterara de esa nota roja. Dentro de su auto y con rumbo a lo que seria el inicio de una semana mas de trabajo encerrada en una fría oficina, cantaba desentonada la canción de moda, sin dejar de pensar en esos tres alucinantes sueños. Toda la semana transcurrió como la anterior y como la de muchas semanas antes, estaba harta de la monotonía que representaba su trabajo, su vida vacía sin pareja, con pocos amigos, el estar cerca de su familia al alcance de un teléfono. Cansada y con ganas de no saber nada sobre los pendientes del trabajo, termino esa semana. El viernes por la noche no fue al bar de costumbre, estaba demasiado cansada como para pensar en cerveza y ambiente de baile. Prendió la televisión y se sentó en un cómodo sillón rojo. La noche se fue tornando más aburrida y más pesada. Laura callo en un profundo sueño.

Laura sudaba frió. Su corazón parecía que explotaría en cualquier momento. Le faltaba el aire. Sentía como poco a poco se hundía en su torso plano, una hoja de acero filoso, veía como una mano extraña entraba y salía de su cuerpo, por mas que luchaba contra ese extraño hombre, no cedía, gritaba, lloraba, suplicaba, pateaba, golpeaba, escupía, mordía. Todo era en vano. Eran gritos sordos. Estaba sola. No había nadie en ese parque. Sentía lo húmedo de su sangre en su blusa blanca, como se cortaban los músculos de su torso, como corría el aire por su bien formado cuerpo, el frió que poco a poco entraba en su cuerpo, el cansancio de luchar contra alguien mucho mas fuerte que ella, lo pesado que se volvían sus pasos, sentía como se le iba escapando la vida...

Asustada, levanto la parte superior de su cuerpo, como jalada por un resorte, su almohada estaba totalmente empapada de sudor al igual que su pálido rostro. El reloj marcaba 4:30 de la madrugada. En la televisión ya no había transmisión. El té estaba frió. La casa sola. Ella sola. Solamente de dejaba respirar un leve olor a colilla de cigarro quemada.

Respiro profundamente. Sabia lo que pasaría, alguno de los días de la semana.

Esa noche, ella fue la protagonista de ese sueño...





Johnny.
Junio 6, 2005

Cronicas IV...

Mi chompi.
(O lo que es lo mismo: La Jefa de Jefas)

Al principio fue mi hermana la que dejo la casa, por algunos problemas con mi padre. Después seguí yo, curiosamente por los mismos problemas con mi padre. De alguna manera los jóvenes nos sentimos a veces como que medio incomprendidos por los padres. ¿Refugio?. Los abuelos. El tiempo que estuve con ella los goce di-a-madre. Yo dormía en una recamara de la planta baja, donde ahora esta instalada ella. Cerca del baño, del teléfono y de la sala. Los vecinos tienen un negocio de cervezas, que en los fines de semana, eso se pone peor que cantina en días de quincena. Mas de una vez me entere de los chismes mas frescos de la colonia, y de algún que otro marcador de la liga de Fútbol de Jiutepec. Fui testigo de múltiples broncas fuera de casa, por lo regular a las 3 de la madrugada, peleas con el monstruo después de cartón y medio, constantes muestras de cariño después de un pomo y demás joterias que se acostumbra en estado etílico.

Un día por andar siguiendo a sus nietos pequeños –supongo que fue eso- quiso comprobar en índice de rebotabilidad de su cabeza contra en duro concreto, simplemente se fue de cabeza por las escaleras, dándose sendo guamaso marca ACME. ¿A poco no se ven poca madre los detalles que les ponen los herreros en los barandales de una escalera, y mas cuando tienen un firme color negro?. Yo creo eso pensó después de ver los cuatro pollos desplumados volando alrededor de su cabeza y de bajar por lo menos 5 escalones y no precisamente a pie.

La matrona tiene 7 hijos, 4 hombres y tres mujeres. La mayor, mi amami (shulada de señora). 17 nietos y dos bisnietos. Tenía una polleria que con el tiempo pasó a manos de uno de mis tíos, donde atendió por lo menos 30 años, quizá más. Aficionada al cuidado de las plantas. Miembro de la vela perpetua. Miembro activo del club de fans “tres veces te engañe” de paquita la del barrio. Telenovelera y cinéfila hasta el tuétano. Si por ella fuera, podría chutarse la colección completa de películas de Pedro Infante en un día completo sin pararse de su mecedora, que por cierto, ya no mece por que le falta un pedazo de madera en una de sus patas, si intentas hacerlo, posiblemente te vayas de espalda. Y que decir de su calvario de películas de semana santa. Aleluya hemano. Un día, tardo media hora en darse cuenta que uno de sus nietos estaba sentado al lado. Le fue imposible apartar la vista de la pantalla, pues la heroína de la telenovela, se había enterado que tenia una enfermedad terminal, y que cambiaria drásticamente el sentido de la historia. Perderse la novela en el horario estelar, ni lo sueñes.

Antes de que tomara demasiado medicamento, ocasionado por su enfermedad, salía con sus dos intimas amigas. Les gustaba irse a la botana. Se perdía de 3 a 4 horas por lo regular los días viernes. Al regreso, solo decía que había ido a comer con sus chompis. De ahí el mote a la que se hizo acreedora, todo ello gracias a mi hermana. La chompi.

Ya he mencionado que es fan de paquita la del barrio. Un día, -me parece que fue su cumpleaños- uno de mis tíos llevo a casa, unos pollos rostizados. Carisimos. Precisamente ese día tenía una presentación, en la feria de Cuernavaca, la mentada Paca. Mi tía –que también es considera fan- consiguió para su madre, como regalo de cumpleaños, pases para esa presentación. Lista para salir de casa, sintió un pequeño e incomodo retortijón –si se entera que les cuento esto, o me mata o de plano corrige mi versión- al que no le tomo demasiada importancia. ¿Acaso, seria suficiente un insignificante retortijón como para privarse de tan magno evento y de paso desperdiciar ese boleto?. Ya instalada en el lugar del concierto, se le olvido que se sentía mal. Y canto voz en cuello “me saludas a la tuya”, y vino “rata de dos patas”, con cerveza y cigarro liado a mano, entono “invítame a pecar” y demás rolas. Los retortijones fueron presentándose con mucho más frecuencia. El baño parecía mas lejos que el regreso a su casa. Aun faltaban 20 minutos más para el término del evento.

Su malestar cedió después de entrar a escondidas, al terreno de una casa, donde dejo, su entonces, tarzanera color blanco con todo y rajita de canela. Estoy seguro que los dueños del mencionado terreno, debieron percatarse de su decoloración al día siguiente. Ya en el taxi, mi tía no paraba de reír. El trayecto de regreso a casa se le hizo eterno. Con la comodidad de estar en casa, termino lo que dejo inconcluso unos minutos antes en ese terreno. Yo hice lo propio, pero de risa, después de enterarme de lo ocurrido esa noche.

El tiempo que estuve en su casa, me dio oportunidad de conocerla aun más a fondo. Supe de sus enamorados, desde un jinete con todo y caballo, en su época de juventud, hasta un señor que moría por sus huesitos, cuando ya estaba separada de mi abuelo. Le conté como 8 un día. Después del almuerzo los fines de semana, me quedaba horas platicando con ella. Lo hacíamos en compañía de unas chelitas, la suya escarchada y con limón. Sabia que mis tíos se molestaban, pues como iba a ser posible que el nieto le estuviera dando a tomar cerveza, siendo que ella supuestamente estaba tomando medicamento. Cuando mi hermana estaba con ella de refugiada hacia lo mismo.

Estando fuera de casa me dio oportunidad tratarme con gente profesional. Tuve un psicólogo gay, que a pesar que es psicólogo y aparte gay, es un wey poca madre
A raíz de un accidente automovilístico de mi tía que la tuvo por lo menos dos meses inmovilizada en cama, a causa de una fractura en la cadera, fue que regrese a casa de mis padres. Solucione mi incomunicación con mi hermano menor, y mi carácter cambio debido al trato profesional del gay pocamadre. Visito con regularidad a mi abuela. Y aun podemos seguir platicando horas, acompañados de unas cervezas heladas. La suya escarchada, con sal y limón, porfavor.





Johnny
Mar.- 03 - 05

Cronicas III...

Hoy que no tengo abuela.

Aun recuerdo los días de mi niñez, con esto quiero decir que en efecto, tuve infancia. Como todo mancebo tuve mis amigos, a los que veía en la escuela y después de la comida, para echar la famosa cascarita.

Aun vivo en la misma casa desde mi niñez, vivo cerca de una barranca, que cuando es temporada de lluvia, eso se pone inundado, lo mismo ocurre con mis vecinos, que año tras año nos convertimos en los damnificados de la colonia. Vivíamos mis padres, mis hermanos y mi abuela paterna. Mi hermana que es mayor que yo 5 años tuvo mucho mas acercamiento con ella que el que tuvimos mi hermano menor y yo. Ella la conoció mucho mejor que nosotros dos.

Sufríamos constantes cortes eléctricos en esos días de borrasca. Y debo decir que eran mágicos esos momentos en los que nos alumbrábamos con velas. En cuanto ocurría, prácticamente quitábamos a mi abuela de su maquina de coser, para que nos contara alguno de sus tantos cuentos. Había hadas, duendes, magia en esos momentos sin luz, de fondo la voz de mi abuela con sus historias. Ahora por mas que trato, solo recuerdo y a medias, una historia de su pueblo natal Tixtla, Guerrero. El viejito ranero. Cuando teníamos alguna presentación en algún bailable en la escuela, era ella quien confeccionaba el atuendo que tendríamos que llevar. Uno de esos días, mi hermano tenia que llevar un chaleco, solo que al muy güey se le olvido que era negro y no rojo como la tenia. Se sentó a llorar porque no podía ir a bailar con un chaleco rojo, si los demás llevaban uno negro. 30 minutos después, mi abuela tenia uno idéntico pero de diferente color. Por las tardes siempre recibía visitas. Acostumbraba echar sus “chilitos”, que no era otra cosa, que hablar algo mal de algunas personas, con las visitas que tenia.

Al ir creciendo y al tener ocupaciones de adolescente, poco a poco se fue perdiendo la magia de esos días de lluvia. Posiblemente los hijos de mi hermana seguirían con esa costumbre. Ellos nunca llegaron a conocer a esa gran mujer que era mi abuela, ya la puedo ver encantada con los “sacatepongolas”. Puedo imaginarla dirigiéndose a ellos como “chambones” seguida de una carcajada, ocasionada por alguna de sus tantas puntadas de mis sobrinos. Tendrían cada quien tres pares de chores de diferentes colores con sus iniciales al costado o algún distintivo para identificar a quien pertenece, cantidad de playeras elaborados por las mágicas manos que ella tenia y alguno que otro dulce o juguete guardado dentro de su viejo ropero para cuando llegaran corriendo a visitarla. No sé si aun tuviera la paciencia de contarles los cuentos como lo hacia con mis hermanos y conmigo.

Tenia pactada una operación, precisamente el día de la boda de mi hermana. Prácticamente mando a chihuahua a un baile a los doctores encargados de su cirugía. Ella tenia que estar con su nieta. Y así fue. Aun tengo la invitación que se le hizo llegar a mi abuela para la ceremonia. A pesar que estaba enferma, comio de todo. Fue su ultima foto con toda la familia reunida. Ahora se encuentra en el centro de una pared de la sala. Cuando mi hermana anuncio el embarazo del primer nieto para mis padres, mi abuela se dirigió a ella diciéndole que ya lo conocía. Le dio señas de cómo iba a ser. Acertó en mucho. No pudo llegar a verme egresado de mi universidad. Después de su operación nada fue igual.

El día de su muerte, hasta el cielo lloro, como dice la canción. Mucha familia que no conocía fue llegando poco a poco a casa. En el transcurso del día que se estuvo velando su cuerpo, no recuerdo haber soltado alguna lagrima. De hecho creo recordar que fui él ultimo en hacerlo. En algunos días, solía tocar la guitarra en la casa, ahora vacía, que ocupo en sus últimos días, los amigos me decían si no me daba miedo estar ahí. Creo que no quede a deberle nada a mi abuela.

Aun tengo mi abuela materna a la que quiero un chingo y le tengo enorme cariño. Ya les daré una reseña de la chompi y de las múltiples chelas que con singular alegría nos hemos tirado.

Hay muchas cosas de las que no me acuerdo. Mi hermana seria la indicada en contarles esto, ella tiene aun más recuerdos y podría darles una mas detallada explicación que yo.






Desabueladamente
Johnny
Mar.- 02 - 05

Cronicas II...

Desde la camilla (y no es cualquier camilla).

Si te has encontrado tirado en una camilla de hospital, déjame contarte esto...

Me ocurrió hace unas semanas. Después de un viernes por las noches en la cual no aguantaba mi constante molestia estomacal, y mi constante necesidad de ir al baño. Después del trabajo matutino el siguiente día, opte por ir a urgencias con mas miedo que ganas.

Revise mi correo tempranito, me sentía peor que niño somalí. De algún modo me veía como uno de ellos. Busque por Internet los síntomas los cuales me aquejaban, y ahí estaba: posible apendicitis. En la madre. Cirugía a huehuetzin tonantzin. En la hipermoder. Hecho esto, y con ganas de que con una sobadita, sopita y descanso se me quitara, me dirigí con mi madre que en ese entonces parecía mas preocupada que yo (a ella le ocurrió lo mismo tiempo atrás) a la unidad medica que me corresponde. Pase a urgencias como si nada. Después de la revisión exhaustiva (?) elaborada por el Doc al cual le cedí mi portentoso vientre, llegue a la conclusión de que ya me sentía bien y que podía darme de alta. Ni madres. Estudio de sangre (descartando posible apendicitis) y de paso unas placas de mi marcadísimo (?) estomago. Deberían ver que huesotes. Gracias a las delicadas y gentiles manos de una enfermera, que me recordó a uno de los simpáticos personajes enfundados en un tutu, de la animación de walt disney fantasía, me vi postrado por al menos 6 horas en observación en la nada cómoda sala de urgencias. Si te sentías enfermo, adentro te sientes peor al cuadrado. Mi hora de entrada marcaba las 11:30 de la mañana. Sin cenar. Sin almorzar. Con un vientre del cual juraría saldría el alien, y con ganas de tirarme como perro amarillo en mi sillón favorito, a ver al menos, los voluptuosos cuerpos de las conductoras en la televisión, después de la sobadita y la rica sopita. Pero...

Era la 1 de la tarde y yo echado con una bolsa de suero colgando encima de mi cabeza. Había soñado con ese fin de semana meses atrás. No llego el equipo al que le soy seguidor asiduo desde hace unos años, pero la onda era ver el superbowl, y que mas que con una buena dotación de alitas fritas (colesterol free) y con una cervezas previamente pasadas por hielo. Ya me imaginaba yo tirado en una cama en la sección de recuperación del hospital, con un mameluco o algo parecido, al cual juras que le hace falta la parte trasera o que te lo dieron roto y que no deja nada a la imaginación, con la abertura en la parte posterior que deja ver desde la espalda completa, hasta la barba partida, mientras algunos de mis amigos, (seguramente) disfrutarían entre cerveza y botana, el partido transmitido por televisión. Ni peps. Mientras yo, comiendo gelatina, agua de sabor, y verduras ricas en vitaminas. Suficiente para una persona que se considera, no fan, sino fanático de los tacos al pastor y alambres en sus diferentes presentaciones e ingredientes y todo lo relacionado con la diversidad de antojitos mexicanos los fines de semana.

Mas que nervios era miedo el que tenia, al costado tenia una mujer, la que se quejaba amargamente, yo sentía que mi trasero se iba haciendo mas chico del que normalmente es, con tan solo escucharla. Al lado un señor que en el tiempo que estuve no se quito la sabana de la cara, parecía que llevaba por lo menos 2 días tirado ahí. Ya me había artado de cantar la misma canción que tenia en mente, no sé si te has visto en este caso, lo que menos quería era acordarme de mi posible ojalateada estomacal, no pase de la misma pagina del libro que tenia en mis manos.

El reloj marcaba las 4, me cae de a madre que ya no me dolía el estomago, ni sentía mi mano derecha. Como dijera mi hermana: “yo soy muy puto para esas cosas”. Olvidaba decir que al entrar a la sección de urgencias, me di el tiempo necesario de mandar mensajes vía celular a mis amigos cercanos. Mi abuela a la cual le tengo un gran cariño (ya les contare un día de estos el porque) se entero dos días después, DOS considerando que soy su nieto consentido.

Seis de la tarde. Mi aliento era peor que el de un león después de un acto circense. Ya estaba “uptudimoder” como dijera el escritor Germán Dehesa. No dejaba de ver el reloj y mi pulsera, la cual usaría en caso de estar en quirófano. Ni hambre tenia. Hasta que se le ocurrió al doctor encargado (según) de mi cirugía, echarle un vistazo a mis placas y mi estudio sanguíneo. ¿Seis horas para llegar a la conclusión que lo que tenia era un exceso de gas interintestinal, un cultivo de diferentes tipos de lombrices, unos churros con harta su salsa valentina del día anterior, y cuanta madre mas dentro del estomago, siendo que desde un principio habían descartado la posible apendicitis, y por la cual la cirugía valía para dos cosas?. Respire de nuevo. Ya me sabia otra canción. El semblante me cambio. Mi trasero regreso a su tamaño normal, y los que sentía en la garganta, regresaron a su posición habitual. A huevo que vería el siguiente día el partido el cual llevaba meses esperando, desde la comodidad de mi sillón. Quise enseñarles lo bien que tenia cortadas mis uñas, pero lo entumido de mi mano donde tenia puesto el suero, solo me dio la oportunidad de mostrarles en dedo medio de mi mano aun adolorida.

Tengo algo así como colitis, no de esa, de la otra, mutación que ocurrió por la gastritis que padecí (ahora al cuadrado) en mi época de estudiante preparatoriano. Empecé una dieta a huex, por aquello de cuidarme y empezar una vida sana. Verduras, leche (que no soporto), nada de irritantes, nada de grasa, lo mismo fumar y tomar. Lo sano me duró apenas semana y media. Aun tengo cereal de fibra, y un yogurt al que le faltan, algo así como 10 días para su caducidad, debería decir que ahora me cuido mas, bueno un poco. La llamada de un amigo, reclamándome el porque se me ocurría enfermarme precisamente el día de la transmisión por cable de la corrida del Juli con Zotoluco, junto con su cuñada (mi hermana) y sus hermanos, me hizo sentir mucho mejor que unas horas antes.

No sé que es lo que haya pasado con la chica que estaba al lado mío, que en el tiempo que estuve en calidad de bulto al igual que ella, no dejó de quejarse. Ni del tipo que parecía tener dos días ahí. No es nada grato estar dentro de una sala de urgencias. Vaya pues un saludo y reconocimiento, a aquellos que se encargan de darle mantenimiento a nuestros cuerpitos. Gracias Doc.





Johnny
Mar.- 01 - 05

Cronicas...

Frente al monitor.

A veces es difícil saber lo que el jefe quiere, haces cada día tu mejor esfuerzo para poder gustar conforme a tu trabajo. Claro, no siempre cumples con ese objetivo. La razón por la que escribo esto es,..... bueno mejor léelo. Solo me dieron ganas de hacerlo.

Llevar la administración de un centro de computo no es tan difícil como la gente cree. Si las maquinas son nuevas, si tienes un buen antivirus, si sabes configurar las maquinas, si les enseñas a manejar bien el equipo y la red no tiene problemas no tienes nada de que preocuparte, es decir, si sabes para lo que fuiste preparado. Y claro, de vez en cuando darle apoyo técnico a los profesores encargados de impartir la materia, y porque no, darles clase tu mismo.

Nunca tuve problemas serios con ninguno de ellos, y puedo decir que ni con mi jefa, quizás algunos con el supervisor por mis continuos retardos que al final siempre llegaban a manos de mi jefa con el objetivo de ser justificados. El solo hecho de hacer bien tu trabajo en ocasiones te da pauta a que gente que no tiene nada que ver con la informática (en mi caso) o en otros ramos, te dé alientos por el desempeño en tu área de trabajo. Así es como conseguí mi segundo empleo por las tardes, y varias invitaciones a comer o simplemente a tirar la copa como comúnmente diría mi hermano, todo en relación a algún problema informático que a fin de cuentas no era para tanto. El trabajo de centro de computo no es cansado ni estresante, al contrario, en mi caso fue realmente genial hacer algo que te gusta hacer, trabajar en lo que te preparaste no debe ser rutinario, y aun así, recibir un pago por lo que te gusta hacer, es realmente gratificante. Siempre y cuando no tuvieras que configurar 30 maquinas. Hay si que era trabajo.

Eso de formar parte de la estadística de desempleo si se siente como que medio feo. Y más cuando formaste parte por 4 años dentro de la misma institución sin contratiempos, bueno tendré que decir que no todo fue muy bien que digamos. En primera, si es un espacio compartido, tendrás que chutarte los malos comentarios y de paso alguna que otra mala palabra de tu colega en cuestión. Siempre trate de sobrellevar una relación amistosa con todos mis compañeros de trabajo, y creo que así es como me hice de varios cuates o al menos, una relación amistosa dentro y fuera del área laboral.

Nadie es indispensable en el trabajo, lo tengo muy claro, el hecho es que de un día para otro te das cuenta que por algunos errores, ya no formas parte de ese grupo al cual perteneciste, que aunque no unido al menos era ameno, y eso si es un tanto cuanto frustrante. Cuando te das cuenta de todo lo que dejaste, tal vez lo hubieras hecho mejor. Debo decir que en días de vacaciones no me encontraba en casa, no quiero decir con esto que nunca estaba en casa, sino al contrario. Después de tener una rutina de levantarte temprano, asearte, llevar tus cosas, etc. te das cuenta de que son vacaciones. Necesarias. Nunca lo negué, llegaba a la conclusión que me hacia falta estar sentado frente a mi monitor, escuchar los emepetres que usualmente escuchas para tener un ambiente propicio para el trabajo, saborear el cafesín que siempre esta dispuesto a quitar ese sueño que aun te aqueja por la mañana, empezar el trabajo que tenias pendiente, y claro porque no, revisar el mail que aunque no es lo que esperabas, al menos te das la molestia de saber que tus amigos aun siguen mandando la misma cadena del niño que te pide mandar el mismo correo a tus contactos para que Microsoft o alguna organización no gubernamental le abone .50 centavos de dólar por cada mail enviado. Que te puedo decir del mensenguer.

Debo decir que extrañare eso. Espero que no sea por mucho tiempo.
El hecho es que, a pesar de mi renuncia ahuevito, los problemas que siempre aquejan, mi relación hijo – padre un tanto cuanto desgastada, mi carrera aun sin culminar, mis amigos con su constante adicción etílica, mi musa la cual espera que vuelva a plasmar en tinta lo que me inspira, mi actual trabajo, mis ganas de mandar todo a la %&#@}ç (donde estará bien instalada mi ex-jefa al termino del semestre), mi necesidad de obtener mi propio auto, y demás cosas, llego a la conclusión de que me siento realmente bien y no hay nada mejor, que tener eso que me aqueja, y que si estoy molesto, no es en contra de alguien, sino conmigo mismo. Diría mi papá “te lo dije”, seguido de una mueca grotesca, su movimiento negativo con la cabeza y un profundo respiro, mostrando así, su total desacuerdo con lo ocurrido, aunado a su descontento para conmigo. Es difícil no estar en la misma sintonía verdad viejo??

Yo no me siento así. Gracias a dios (y mira que soy ateo) aun tengo trabajo, no estoy titulado pero al menos hago (todavía) lo que me gusta y por el cual fui preparado, cosa que le agradezco infinitamente a la institución de la cual fui graduado y por lo que ahora soy lo que soy, a la que le serví por 4 años, y de la cual salí a fuerza de blanquillos. Debo decir que el estar trabajando desde que estuve en la universidad me sirvió bastante, ya que conocí gente mucho mayor que yo, experimentada, con otro tipo de intereses y otras costumbres con relación a mi diminuto grupo universitario por 5 hermosos años, del que formo parte, y del cual siempre formare. Y que de alguna forma ha ido moldeando mi forma de ser.

Por algo pasan las cosas.

Un amigo al cual le tengo gran estima siempre me recuerda: “No hay que tomar tan enserio el trabajo, a fin de cuentas, solo eres uno mas de la empresa, les haces ganar y después te dan con enorme cariño, un patín por el culo”. Debo decirte que no hagas caso en lo que digo, mi intención no es hacerte cambiar de parecer, tan solo hazlo bien, no me gustaría que engordaras mas la lista de desempleo.



Desempleadamente
Johnny.
Feb.- 28 - 05