lunes, noviembre 28, 2005

Crónicas IX...

Regalo de ti.

¿A donde vas?
¿por qué te vas?
¿Por que dejaste un gesto
de ti por cada esquina...?
R. Ornelas.

Me asomo por la ventana y esta lloviendo. Son las seis, y sé que, ya me estarás esperando. No sabes que emoción siento de saber que no tengo que ir a la escuela pues, ya no hay clases y que tu no iras a trabajar. Creo que, usaré un labial rojo, pero no, mejor no... recuerdo que a ti no te gusta. No quiero paraguas, me gusta sentir las gotas caer en mi cara, y camino sin mojar mis pies. En media hora estaré contigo y mi corazón se sale de mi pecho, creo que, tiene convulsiones.

Al fin te estoy viendo, y tus ojos, que nunca he adivinado de que color son, me están viendo también, ¡tengo tantas ganas de besarte! No me gusta el café que estas tomando, pero no quiero arruinar el primer día de vacaciones con consejos de salud. Siempre te quedó bien el suéter negro. Quiero decirte cuanto te he extrañado! y cuanta falta me has hecho...

Mmm, la gente nos mira raro, creo que, se asustan por mi gabardina. El verano se ha arruinado con la tormenta. Las calles están vacías y en este café pequeño, solo quedamos tu y yo. Y no entiendo porque lloras, ¿es que ya no me quieres mas? Yo soy quien debería llorar, si te vas a ver a tu familia, no te veré pasar las vacaciones conmigo y no veremos juntos caer otra lluvia.

Es extraño, pero de momento, he recordado, así de golpe, todos estos años de veraneo contigo. Recuerdas que cuando te conocí te querías suicidar? Creí que ya no te vería. Y que tal cuando casi me ahogo al subir el tepozteco? Nunca te agradecí ese suero con sal y Tehuacan que me salvo de morir también deshidratada otro año, preparaste hamburguesas y me llamaste fodonga por no ayudarte? Y que tal las tardes de calor junto al río? Otra tarde mas y no la contaríamos, porque en esa época hubo mucho dengue y nos salvamos por milagros, si, milagros, la cocinera que siempre nos corría.

Y hoy estamos aquí, mirándonos los pies, oyendo a quien imita a un trovador, de frente uno al otro, otro verano más. Llevas cinco tazas de café y yo, solo te estoy mirando, no se como se cuentan los días felices pero, junio es el mes más feliz de todo el año, de todos los años de mi vida.Y sigo mirándote, y veo tus gestos al tomar la taza, y tu mirada no se cruza con la mía porque miras el aparador. Pongo mi mano sobre la tuya, pero no la sientes... estas ausente, y eso me entristece.

Me doy cuenta de todo, de repente. Hoy es el ultimo verano que estoy contigo. Y hoy se acaban mis vacaciones a tu lado. Quizás ya no veré tus ojos y me digo, que, daría todos mis veranos felices por sentir una vez mas tu boca... pero hoy, tengo que soltarte... mañana cerrarán mis ojos y no veré caer esta lluvia.. Espero que cumplas tu promesa... y vengas a leerme un pedacito de libro, cada verano, con sol y con lluvia...sentado sobre el pasto y recargado en mi epitafio.

Te quiero.

Veronica I.
Noviembre 28, 2005.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal