miércoles, julio 13, 2005

Cosas que he callado III...

Dulce y delirante sueño.

Anoche, en medio de mi fiebre, mi cansancio, mi delirio, ahí. . . en medio de mi sueño de repente apareciste, casi fantasmal, y sin darme cuenta de pronto estabas protagonizando el más hermoso sueño que he tenido.

Primero eras un personaje más, sin rol definido, pero conforme fue transcurriendo el sueño, toda la trama se centró en ti, trama que por cierto, ni siquiera he intentado recordar, no me interesa, dejaste en mi algo más que un sueño loco que recordar. Lograste enamorarme después de esos encuentros casuales en ese parque sombrío y frío, me sentí realmente enamorada y amada, pero no con ese amor físico y pasional que normalmente sentimos los seres humanos, en el cual se condicionan tantas tonterías, sino con ese sentimiento que duele dulcemente en el alma, tan puro y tan incondicional que no sabes si es real o irreal, claro. . . como un sueño.

Al despertar por la mañana entre los gritos y los brincos de mis hijos, intenté desesperadamente grabar tu rostro en mi memoria, pero no pude, esas vocecitas que exigen atención me distrajeron, cerré los ojos tratando de atraparte entre mis párpados y mi iris, pero te desvaneciste entre mi borrosa memoria, no pude recordar tu rostro, pero aún sentía tus manos entre las mías, y tu dulce beso, es triste pero hace mucho que no recibo un beso tan dulce como el de mi sueño, y no puedo dejar de pensar en lo cursi que me siento ahora, pero no importa por que anoche . . . fui feliz y eso nadie me lo puede quitar. Que bonito es soñar, ese es uno de los derechos divinos que nadie puede prohibirte.

Durante el resto del día te pensé, te busque en cada rincón de mi álbum de fotos mentales, pero no estabas, hoy nuevamente me siento enferma y cansada, pero ayer me hiciste feliz, ayer tuve una ilusión, ayer me sentí amada… ayer me enamoré de ti, hombre sin rostro ni nombre, hombre misterioso y tierno, amable y dulce. Ahora entiendo la famosa frase “El hombre de mis sueños”.

Ayer conocí al hombre de mis sueños, y me siento extrañamente culpable con el hombre de carne y hueso que duerme a mi lado, con el que comparto mi vida real, me siento culpable por pensar en ti, por querer saber si existes en realidad, o si solamente eres eso. . un sueño.

Entiendo que los sueños son los ideales que tenemos en la vida, esa ilusión irreal que nace del más profundo deseo de que así sea verdaderamente. Triste realidad ! !

No he podido conciliar el sueño, creo que una parte de mi se niega a dormir si no estás tu. No sé si tengo miedo de que no vuelvas a estar más en mis sueños o si el miedo es que existas y te conozca algún día. No, eso no puede pasar, sólo fuiste un sueño ¿verdad?!!!!!

Ahora mismo siento frustración por que al estar escribiendo estas líneas me esfuerzo por visualizarte y no puedo, no logro definir tu rostro, estás ahí, sé que estás en algún rincón de mis ilusiones más intimas, pero mi imaginación no logra dibujarte; detesto la mañana que trajo consigo mi despertar y tu partida sin despedida, el fin de mi sueño inconcluso.

Lo único que me queda es buscarte en mis sueños, ahí es donde te vi, ahí debes estar. Me temo que de ahora en adelante me iré a dormir con la ilusión de volverte a ver en mi sueño, prométeme que me vas a esperar en nuestra banca del parque. . . Hasta pronto. .

Mi dulce sueño.

Johnny.
Julio 11, 2005

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal