jueves, agosto 13, 2009

Crónicas XX...

Cama para dos.

Tengo una mujer en mi cama, y no importa si ronca o si babea la almohada. En ocasiones me regaña pues no tengo ganas de dormir o simplemente porque me muevo mucho al acostarme. Me gusta molestarla cuando no tengo sueño, le cuento chistes, una historia de terror, le recuerdo si la alarma esta lista para el siguiente día, repasamos la lista del súper, o los pendientes de la semana mientras me abraza como si fuera su almohada.

Esto dura hasta que uno de los dos tiene calor y se mueve para que una pequeña brisa refresque el ambiente. Ocurre varias veces que un pequeño vampiro se cuela entre el sueños de los dos. De madrugada. Cuando el calor de su cuerpo esta riquísimo y cuesta mucho levantar los parpados. Como no tenemos lámparas con focos tenues, debo prender la luz de la habitación, es ahí cuando sin querer, hago que se despierte, y con un leve gruñido hace manifiesto su descontento, pues interrumpí su sueño. Y esto es inconsciente pues hago el menor ruido posible y trato que no sienta que acabo de levantarme de la cama. Después de darle un puntapié en el trasero al mosquito, vuelvo al lado que me corresponde de la cama.

Hoy, a 7 meses de decidir que queríamos compartir el resto de nuestras vidas, no encuentro mejor manera de iniciar el día. En la cama de los dos, una sonrisa, y un “buenos días” al amanecer.

Johnny.
Junio 26, 2009.

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